domingo, 31 de marzo de 2019


KUKULI Y SUS SUEÑOS DE COLORES

No pierdo de vista a Kukuli mientras repaso imágenes de sus obras en Lima. Cuando estudiaba en el colegio Sophianum le impactaron los jinetes del Apocalipsis. Le gustaba dibujar y pintar caballos, más en este caso formaron parte de una serie de los tétricos personajes. Los vi y me impresionaron por salir de sus pinceles con gran fuerza. Recuerdo haberle contado que en Puno jóvenes doncellas bailan en noviembre con cráneos adornados con flores como si se aromaran de vida y así hizo  a la Muerte, pero completa en un alazán encabritado al sentir su materialidad.


Ahora tengo en mis manos el Hambre, personificado por un niño y cuán duro es verle. No muestra su rostro pero se adivina por su cuerpo esquelético, mustio. A mí me pareció el más expresivo, porque no debería darse y duele porque los niños son los más vulnerables. El ‘Hambre’ sigue galopando con los otros en su cabalgadura, al requerimiento de hombres enloquecidos por el poder.


Hace unas semanas Kukuli presentó una exposición en Taller, Filadelfia. EL OJO CÓMPLICE mostró por primera vez sus pinturas y tuvo una adición inesperada para los visitantes. Durante varios días la vieron trabajando un enorme mural con plumón y a mano alzada. Sus dedos se deslizaron con rapidez y eso lo he visto, nadie puede saber que irá saliendo orquestadamente como si estuviera copiando algo que solo ven sus ojos. Para los medios especializados de la hermosa ciudad fue una experiencia. 


DESCUBRIENDO EL PERÚ

Heredé de mi padre, Leandro Barrionuevo, la pasión de viajar. Entre dos carreras culminadas, las leyes y el periodismo, me decidí por la segunda. No en vano fue mi primer maestro después de haber sido redactor en diarios y revistas de Qosqo, Lima, Chiclayo, Cerro de Pasco y Huaraz. Cada desplazamiento, me dijo siempre, debía tener el propósito de investigar en esas páginas abiertas de cultura y paisajes que son nuestros pueblos.

Imagen relacionadaLa mayoría de veces y por motivos de trabajo lo he hecho sola, otras llevando a mis hijas como acompañantes, de vez en cuando con excelentes amigas, y también con fotógrafos y equipos de televisión, de acuerdo a las circunstancias. Para mí ha sido muy grato compartir caminos con Julia Chambi, Teresa Lastarria, Sonia Molina, Patricia Navarro-Grau y Zuly Azurín. Puedo decir que fueron muy animosas, esforzadas, capaces de vencer obstáculos e interesadas por conocer el Perú. Las vías del interior siguen siendo trochas polvorienta y vehículos viejos que se van desarmando, a menudo había que ir por los chakiñan, sendas estrechas de a pie, cruzar ríos en oroyas, volar en helicópteros y avionetas poco seguras,  en fin de aventura.
Los tiempos ha pasado y antes de que sigan rodando al infinito quiero abrir una pequeña serie con Zuly Azurín, profesora, actriz y, cantante de temas en runasimi,  a quien conocí cuando hizo el papel protagónico de ‘Alllpa Kallpa’, película con el guión de Hernán Velarde, producida y actuada por Tulio Loza. Ojalá sea posible.

Alfonsina Barrionuevo

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