domingo, 26 de marzo de 2017

EL EXTRAÑO DESTINO DE LA PUYA

La historia de la puya es tan humana que conmueve. Vive mientras se apresta a ser madre. Cuando pone a sus hijos en manos del viento para que los siembre, su sino es morir. Se ignora por qué después de la nascencia tenga que declinar. Más, así es, tiene un principio y un fin.

Su existencia se mantiene solo hasta que brote de sus entrañas una inflorescencia gigantesca, con miles de flores donde maduran sus semillas, hasta que las haga volar con un último suspiro. La suerte determina el milagro del despertar de las nuevas puyas. Hermosa y triste misión. Al agostarse quizá alcance a ver sus diminutas hojas abriéndose sobre la tierra. 
En otras épocas tuvimos hermosos rodales o bosques con la legendaria bromeliácea: kunkosh, tikanka o titanka, sus nombres antiguos de bautizo. Hoy, como otras plantas, marcha a extinción en los Andes. Los responsables la apresuran porque su agonía por ley natural es lenta. Los ejemplares quemados son tantos que en algunas partes ya no existe. Ants de que llegaran los españoles con sus ovejas, animales que invadieron las punas, sus rodales se extendían en las alturas.

Es de lamentar lo que pasa con ella siendo una extraña planta. En el reino vegetal de la puya es la única que posee la inflorescencia más hermosa y espectacular que se haya visto. En las últimas décadas su población se ha ido reduciendo a pesar de la increíble cantidad de semillas que produce. Cada día su supervivencia es más difícil. Sensible que no participen las instituciones que defienden la ecología. Se necesita que alguna quiera  luchar por su permanencia en nuestro territorio  como recurso económico y paisajístico. La puya es sólo una de las tantas especies vegetales que los civilizados hombres del siglo XXI han condenado a perderse en cualquier momento de la faz de la tierra. Antonio Raimondi la identificó como Pourretia gigantea, dentro de la familia bromeliaceae. Por eso, en honor a sus afanes ella lleva sui apellido, “puya Raimondi”.
Resultado de imagen para puya raimondi florEn el Callejón de Huaylas, Ancash, se ha encontrado ejemplares de 8 y 11 metros de altura total. El camino hacia el nevado Pastoruri era uno de los pocos lugares donde se podía admirarla a plenitud. No se sabe si continúa reinando cerca de sus glaciares.

Siendo tan exótica es poco lo que se sabe de ella. No hay registro de cuántos meses o años pasa para que llegue a su madurez. Nadie ha estudiado su promedio de vida. Su inflorescencia alberga más de seis millones de semillas de forma triangular, aplanada, de 3x4 mm., de las cuales lograrán germinar menos del uno por ciento.

Su hábitat se encuentra entre los 3,800 a 4,500 metros sobre el nivel del mar y sin embargo no ha podido escapar a sus perseguidores. Tiene su propia fauna, el picaflor negro cordillerano gigante, el papamosca, el pájaro pito, la tórtola y el canastero que saben vivir con ella. Sus enormes hojas lanceoladas son espinosas y se convierten en trampa fatal sobre todo para los ovinos que se enredan en ellas. Los pastores queman las plantas y su ritmo de destrucción ha aumentado, a pesar de que  muere de forma natural y cuando ha terminado su ciclo vegetativo.
Los rodales de puya deben ser protegidos porque embellecen el monótono paisaje punero y son útiles a las comunidades nativas como alimento cuando sus hojas están tiernas. Para evitar su desaparición se debe concientizar a los comuneros y pueblos cercanos para que demarquen más lejos sus lugares de pastoreo. La gente debe aprender a integrarse a su ecosistema. La puya estuvo allí antes que ellos.

Resultado de imagen para puya raimondi flor
Su recuperación  daría lugar a crear micro climas, aminorar los efectos del frío y ayudar a disminuir las consecuencias de las precipitaciones pluviales. Según estudios de los ecólogos y geógrafos los Andes estaban cubiertos no sólo de puyas sino de otros bosques antes de la expansión humana. David Guillet sostiene que sus áreas incluyen la cuenca del lago Titiqaqa y muchas otras secciones de los valles y de las punas de la sierra. La campaña de su recuperación puede sumarse a otras, por medio de viveros, para arborizar las alturas con árboles resistentes como el qolli, la qewña y el chachakomo, que también han disminuido porque los convierten en vigas para las viviendas y leña. El geógrafo O.F. Cook sostiene que si se le atiende puede prosperar bajo condiciones climáticas adversas, sin riesgo. Cualquiera reforestación puede ser efectiva para el planeta que está amenazado por el efecto invernadero. Ella puede contribuir a crear fuentes de oxígeno. Hay que salvarla para todos nosotros.

Alfonsina Barrionuevo


domingo, 19 de marzo de 2017

S.O.S. A LA NATURALEZA


Estamos en un momento grave en que el barro estruja y ahoga el corazón en nuestro propio pecho. Tenemos un río de barro amenazando correr por nuestras venas. Escucho los gritos de las mujeres en el barro. El llanto de los niños con el barro como una garra apelmazada sobre sus carnes. A los hombres intentando resistir el abrazo hosco del barro.

Como somos Perú estamos en esa trinchera barrosa que en estos días nos invade. No quiero pensar si merecemos estas llokllas que se han desatado con furia. Este dolor que se niega en añadir su lágrima de espanto al barro. Todos sabemos que las heridas de barro que se han abierto han sido provocadas por el silencio nuestro. Lo sabíamos y nadie puede negar que arremetimos contra la naturaleza hasta que ella se rebeló de esta manea desesperante que tarda en terminarse.  

Estoy pensando en una persona que pronosticó, no el barro que nos hace temblar, sino algo peor como es la muerte. Recuerdo haber entrevistado, en las últimas décadas del siglo pasado, al insigne sociólogo brasileño Josué de Castro. Le pregunté si la explosión demográfica daría alas al hambre, uno de los crueles jinetes de la Apocalipsis. El, sombrío, me contestó. “No se preocupe por el hambre. Antes la gente se morirá de sed.”
A nivel mundial nosotros, necios, estamos destruyendo nuestro hermoso hogar, el planeta Tierra. El cambio climático que se ha ido acentuando desde 1925 cuando los periódicos del mundo publicaban sobre desastres como el fenómeno del Niño,  seguimos provocando a la Naturaleza en todos los niveles, desde los domésticos hasta los industrializados. La carrera es loca porque los que debíamos hablar, llenar las plazas en mitines, somos la mayoría, nosotros; y los que tienen la acción son una minoría que ya no se preocupa por el planeta debido a que creen que podrán irse con sus caudales a otro.
En el Perú porque la inercia es nuestra enemiga común. Los sometimientos crean a los que gritaron para adentro, lo cual es tan inútil, como enmudecer ante la opresión y el abuso.
A esta hora en que miles de familias se han quedado no sólo sin techo, sino sin nada para vivir sólo quisiera ir a las cumbres para llamarle a la Naturaleza y pedirle seguramente con Dios que me compaña, que espere, que se detenga un poco. Quisiera ir pero no puedo prometerle lo que no vamos a hacer. Esta es una encrucijada. ¿Qué podría decirle yo, solo una voz, abrumada por la tremenda pena que encarna a quienes están sufriendo más el despojo, el frío, el hambre,  la sed.
Si yo pudiera hablar con ella le prometería porque estoy en Lima que reforestaría las laderas de los cerros por donde discurre el río Rímac para contener otras descargas, para que los aluviones no encuentren viviendas incautas sino frescura de árboledas, cantos de pájaros, trinchera vegetal que ayude a respirar. Le ofrecería encausar el río Mamaqmayu (alias Rimaq), limpiarlo, evitar los desfogues mineros y otros, acabar con las aguas negras contaminantes y que vuelva a hacerse amigo. Le insistiría en hacer que haya más vida en la Carretera Central para que no esté en emergencia. Sería recomenzar con lo que se  debe hacer en el resto del país que sufre la misma pesadilla. No nos hemos preocupado por ella que nos brinda dulzuras que agotamos, quemamos y pisoteamos. Que vuelvan a ser los ríos de Lambayeque a Ica el albergue claro de criaturas dulces como los camarones de heroicas pinzas que nadan de ida y vuelta hasta las lagunas de los deshielos. Es bueno saber por Salvador del Solar que los grupos arqueológicos no se han dañado. Será porque en los viejos señoríos se sabía que era más seguro construir en las alturas. Somos millones de peruanos que no queremos que el barro mande de esa manera en los latidos, lo queremos siempre como barro fecundo, barro fértil para sembrar semillas de vida. 

Queremos siempre anochecer y amanecer con esperanza, ya lo dirá en runa simi inspirado Carmen Escalante Gutiérrez, quien sustentó el jueves dieciséis de marzo su tesis doctoral en  qechwa en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Cómo se mantienen los valores de Qosqo, cómo se lucha para defenderlos, cómo se tiene que triunfar en España, porque el idioma de las sustentaciones de tesis tienen que ser en el Perú, en español. 


Alfonsina Barrionuevo

domingo, 12 de marzo de 2017

EL PICHINKUCHA SILVA 
Una voz y una guitarra

En los Andes el canto del pichinko o gorrión llega al corazón y lo deshace en dulzuras. Será por comparación con la belleza de sus trinos que Manuel Silva, de Qaraypanpa, Aymaraes, Apurímac, fue bautizado a corta edad como “pichinkucha.” Desde pequeño su voz arrancaba como una invitación a la vida en la cocina donde crepitaban los leños, a la orilla de los hornos donde el pan se bañaba en su música, al lado de los waqrap’ukus sonoros o cornetas de cuerno.

La imagen puede contener: una persona, tocando un instrumento musical y guitarra
Así fue creciendo el “pichinkucha Silva” que, en las fiestas octubrinas de Mamacha Rosario, prendía manojos de notas en sus manos de paloma. Hasta que un día se vino a Lima con su guitarra en los brazos y todos los cantos de amor recogidos de los caminos en su alma. Al verlo el público se deshace en aplausos porque escuchándole evoca con nostalgia a su pueblo, regresando a sus raíces. Esperamos que el gorrión que lleva en su garganta nunca deje de cantar ni se suelte de las cuerdas de su guitarra.
                                                            


LINDAS PLAYAS EN HUACHO


A pocos les importa que la tempertura al elevarse esté matando ranas si pueden tostarse como un camarón. Cada fin de semana los veraneantes vuelan a las playas del Sur. El mar rompe sus olas y los recibe con un abrazo fresco. La arena puede quemar lo que quiera porque allí les aguardan las generosas aguas de nuestro océano.
Peronalmente me encantaría desviar la mitad de ese río humano hacia las playas del Norte Chico. Hay ciudades esperando a los visitantes con el regalo de un merecido descanso adormilados al borde del mar. Huacho es un buen destino a ciento cincuenta kilómetros de Lima, con hoteles y restaurantes acogedores.

La idea es salir el sábado en la tarde, tomar un alojamiento al llegar, darse un buen duchazo y gozar desde el parque el espectáculo del sol incendiando el horizonte. La plaza con una amplia rotonda, la catedral dedicada a San Bartolomé que sufrió martirio en el siglo I, la fachada que es el último vestigio de la casona de Sebastián Salinas Cosío, las casas de estilo alemán de Abel Mato y la afrancesada de Pitaluga. En el camino es una anécdota del pasado la Estación del tren que iba y volvía de Lima. Su jirón principal de luces de colores ofrece una última mirada al bulevar con sus enormes farolas que le dan un toque de distinción. 

Resultado de imagen para CALLE PRINCIPAL DE HUACHO PERUEn la mañana del domingo, después de un sabroso desayuno huachano con las famosas salchichas que gozan un renombre de siglos, chicharrones, tamales y camote frito, una caminata al puerto y luego encaminarse a la playa donde las sombrillas comienzan a abrirse como hongos. Para almorzar hay muy buenos sitios donde se lucen los platos marinos, las yucas harinosas y otros potajes que son orgullo de su cocina. A media tarde es hora de regresar relajados y felices de haber encontrado nuevos atractivos,  con el deseo de volver. 

Si se quiere sólo arena y mar están las playas Herradura y Paraíso; para los tablistas armarse de adrenalina con las gigantescas olas de la Centinela. Para jugar con el Pacífico y dorarse están Hornillos, Colorado, Tilca, Cerco Verde, Cocoy y Tartacay, entre otros lugares lindos como La Ventana, Quitacalzón y Lampay.
Para los amantes de la naturaleza hay una especie de zoológico en medio mar. Huacho tiene islas con lobos y aves marinas. Se recomienda proveerse de sombreros o viseras hechos con telas de algas que protegen de los rayos UVA. Los tours incluyen cuando se les pide una lonchera especial con sandwichs y gaseosas o agua para no deshidratarse.

Si hay tiempo algo más. Un paseíllo a Huaura, donde está enclavado en media placita un campanario histórico. Entre sus bronces el mayor es la "campana de la libertad" y las otras son de las iglesias de San Andrés y Santa María. La casona del duque de San Carlos, Fermín Francisco de Carbajal Vargas y Alarcón, donde se guardaban las barras de plata que llegaban de Pasco cuando fue sede de la aduana marítima, es muy mirada por el balconcito desde el cual el general José de San Martín declaró la independencia. El edificio virreinal que ahora es museo de sitio se construyó entre 1710 y 1730. Los macizos de flores que dan alegría al patio de entrada son sugestivos. Invitan a atreverse a subir por la escalerilla al segundo piso y pasando la habitación entrar al balcón. El patio interior con ancho pasadizo conserva su añejo techo de madera y las ventanas de rejas torneadas. En las antiguas habitaciones del duque se exhiben cuadros y reliquias de épocas gloriosas.

¡Vamos para el Norte Chico!

Alfonsina Barrionuevo

domingo, 5 de marzo de 2017

RAUL PORRAS Y TORRE TAGLE

Resultado de imagen para raul porras barrenecheaLa imagen que tenía del historiador Raúl Porras Barrenechea cuando llegué de Qosqo, como un acérrimo hispanista, cambió cuando lo conocí. Aprecié su admiración por la ciudad emperadora en un prólogo de antología y me quedé pensando sobre esas opiniones equívocas que engañan. Le vi solo un par de veces pero él tenía muy buena memoria y un espíritu profundamente humano. La revista "Caretas", me pidió que le entrevistara sobre el Palacio de Torre Tagle y muy osadamente lo llamé al Ministerio de Relaciones Exteriores. ¡Qué tiempos aquellos en que se podía hablar a un ministro sin tanto trámite ni antesala!

Recuerdo a la ciudad, espigándose  en sus edificios, aire más puro, menos gente, chales de bruma en invierno y en verano chorrillos de agua que bajaban de los barrancos en Agua Dulce. El Doctor Porras me contestó que no tenía tiempo. Partía esa misma noche a la Conferencia de Cancilleres Americanos en San José de Costa Rica.  Un último viaje porque estaba muy enfermo, pero iba por el Perú. Nadie imaginó que volvería sólo para irse definitivamente.


"Lo siento Doctor, qué pena", le dije y rápidamente me contestó. "Pero, podemos hacerlo ahora". Me quedé estupefacta. "¿Por teléfono?" Para mí no era fácil porque llamaba de un anexo del Ministerio de Educación donde encontré trabajo mientras estudiaba leyes en San Marcos.
"Alfonsina, vamos a ponernos frente al palacio y yo se lo iré describiendo como si estuviéramos juntos. ¿Tiene un lapicero?"
"Adelante Doctor, estoy lista", le contesté. Fue una entrevista que duró más de media hora, sumamente rica en información porque él conocía muy bien su arquitectura y su historia. En sus palabras sentí el encanto del ambiente de esa casona montañesa que mandó construir a principios del siglo XVIII el comerciante José de Torre Tagle y Bracho, hombre de fortuna y buen gusto.
"Es un error encasillar su arquitectura en diferentes estilos siendo enorme su parecido con las casas de Santillana del Mar, ciudad que conserva su gran prestancia y señorío", comentó. "Los azulejos que se notan en la entrada y en la parte alta así como cierto arreglo en los arcos de la parte baja y los corredores le dan un aspecto ligeramente morisco, limeño, pero la solemnidad de su recinto es la misma de las casas montañesas."


Yo no tenía nada que preguntar sino apuntar. Era toda una explicación magistral y tuve la gran suerte de recibirla. "El Palacio sobrepasa las características de la casa colonial, compuesta de un zaguán generalmente oscuro que ponía un tramo  de sombra entre la luminosidad del patio y la calle; luego la sala, el traspatio, la cuadra. Esta consta de dos pisos, la parte alta con sus anchas galerías sobre el patio, donde se distribuyen los amplios y suntuosos salones, las pequeñas salas laterales, los dormitorios, el oratorio, y la parte baja destinada a los menesteres comerciales."

En ese momento la voz de la operadora sonó imperativa. "Voy a cortar. Está ocupando el anexo demasiado tiempo."
Yo no supe qué decir. Fue el ilustre historiador quien solucionó el impase al identificarse. "Señorita, el Ministro de Relaciones Exteriores está dictando unas notas. Hágame el favor de no interrumpirme." Ella fue muy cortés. "Disculpe, Doctor, puede seguir" y, muy extrañada me dejó abierta la línea.
"Seguimos, Alfonsina, en el zaguán existen unos poyos provistos de argollas, que servían para atar los caballos, y de escaleritas, para que subieran las señoras a sus cabalgaduras.  Entramos al patio y en el ángulo izquierdo existe un mascarón de proa, adorno que recuerda el cargo de Pagador Mayor de la Armada que poseía el primer marqués y que fue hereditario en su familia. Esta proa servía para pesar las mercaderías. Los cañones de la entrada eran símbolo de nobleza y en ellos se colocaba una cadena, que la convertía en una "casa de cadena". En casas como ésta podían asilarse los prófugos, ya que por una real cédula la justicia no podía ingresar sin permiso del dueño.”

Resultado de imagen para palacio de torre tagle
"La fachada, soberbiamente tallada en piedra con motivos barrocos, lleva al centro el escudo nobiliario de los Tagle. Los balcones primorosamente realizados dan una nota de suntuosidad al conjunto siendo una característica de la arquitectura limeña, porque desde ellos se podía atisbar la calle sin ser visto, una coquetería arquitectónica que se revela en otros lugares de la casa, ingeniosamente disimulados, desde donde se puede observar sin ser visto. Uno de los balcones es más grande que el otro, particularidad también propia de las casas limeñas. En el piso alto destacaban el gran salón, relativamente pequeño para su relieve, una hilera de piezas, el comedor al frente y a su lado el oratorio, que en la casa limeña era colocado junto a la cuadra (sala). Parece que se adoptó esta medida para facilitar el ingreso de las personas del comedor al oratorio después de la comida para rezar el rosario."
"En la arquitectura del palacio es notable la mezcla de motivos coloniales con cierto primor barroco y algunos rasgos andaluces vivaces con el atuendo y solemnidad de las casas de Santillana del Mar."

"Doctor gracias por su generosidad, me despedí al terminar. No le vi nunca más. Pero, cada vez que leo la antología de Qosqo no puedo menos que evocar su presencia patricia, mostrándome con cariño uno de los primeros ejemplares del Diccionario Qechwa de Holguín, que era un tesoro para él, según dijo. Bastó verle una vez para saber como el Dr. Raúl Porras Barrenechea, más que hispanista era un señor peruanista.

Alfonsina Barrionuevo