domingo, 27 de agosto de 2017

LOS DANZANTES DE LA LLUVIA

Los limeños prehispánicos observaron la extraña danza de los sapos pidiendo lluvia a la luna. Ellos reconocieron su ayuda al depositar sus cuerpos en diminutas tumbas. Hace años el arqueólogo Cristóbal Makowski descubrió en la Tablada de Lurín sus frágiles  esqueletos  con ofrendas y me dijo que los iba a cubrir otra vez. El lugar sería urbanizado y sus huesos no iban a detener el avance de las aplanadoras.
Ahora, en que investigo la acción de las fuerzas de la naturaleza en el Qosqo antiguo, me interesa su relación con el campo. Los batracios, poco simpáticos a primera vista, son útiles para la agricultura. Ellos sienten la proximidad de la lluvia o de la sequía a través de sus poros. Su frescura anticipada acentúa el terciopelo de su piel y hace aflorar  una luz radiante en sus pupilas. Por el contrario, la sequedad del aire la reseca y su preocupación se advierte en la llama mortecina que  encoge sus ojuelos.

Me explico por qué los enterraban con caracolas y estrellas de mar agradeciendo su concurso. Los sapos son estandarteros de la lluvia y bailan en vísperas de la época lluviosa, ebrios de antemano con la parición de las nubes.
En mis recorridos por Canta recibí más de una información sobre los sapos bailarines. El descubrimiento de su pequeño cementerio en Lurín le hubiera entusiasmado al monseñor arqueólogo Pedro Villar Córdova, a quien tuve la suerte de conocer en Cenfotur. Se hubiera conmovido porque él me habló precisamente de los sapos que bailan cuando el cielo es generoso y manda la lluvia. Aquello formaba parte de los indicios biológicos conque cuentan los campesinos.
En el ámbito rural donde creció pudo anotar una serie de conocimientos sobre la forma en que funciona la naturaleza. Los surcos, en cualquier parte de los Andes, esperan con ansias la bendición de las aguas del cielo. De niño habría visto a los sapos en las noches de luna, con las pupilas en ascuas, el pecho blanquecino al descubierto y las patas como si activaran sus  resortes haciendo movimientos inusitados.   
Monseñor observó este rarísimo baile en localidad de Lachaki, Canta. Lo presenció, según dijo, en las faldas del cerro Kishuy.

Resultado de imagen para el molleQue los sapos bailen no solamente es ilógico sino que parece algo de locos. Sin embargo, debe ser verdad por el prestigio de mi informante. Monseñor Villar Córdova escribió un libro con revelaciones importantes sobre los grupos arqueológicos del valle de Lima. Al morir dejó escritos inéditos sobre las ceremonias secretas de los yachaq o yachiq, magos o sacerdotes que hacían llover.

La lluvia nunca deja de ser bienhechora para el agro, cuyos productos consume la ciudad sin tomar en cuenta del esfuerzo material y espiritual que representan. Cuando noviembre se aproxima los pobladores de los viejos ayllus de Kushimarka, Kallapanpa y Qochakalla miran inquietos el espacio celeste.
Si parece oxidado los varallos, herederos de las artes mágicas de los yachaq, van a buscar el agua de mar que el río de estrellas o Vía Láctea arrastra al interior de los Andes. Agua de estrellas que aflora solo una noche al año. Si la encuentran llenan su boca con ella, hinchan sus carrillos y la arrojan como rocío hacia los cerros. Cuando es bien recibida por el Apu Pariawansi los sapos bailan de alegría.
Al año siguiente la vida transcurre sin apuros. Entre enero y mayo nacen los becerros y el tiempo pasa del ordeño a la preparación de quesos, mantequilla y requesón. Días que tienen sabor a sopa vaquera con papas, leche, queso, fideos y muña olorosa; a cuajada de la primera leche y  kancha con queso o charki.
En julio las comunidades bajan para celebrar a la Virgen del Carmen, que unos viajeros vieron lavando ropa en el río. La santa señora que se convirtió en una imagen se quedó en el pueblo.
A los visitantes les gustaba escuchar a Félix Huamán, cuando contaba la trágica historia del río Agomayo. Decía que no es un río. Que es un hombre y que sus aguas no son agua, sino su sangre.         

En uno de sus viajes el arzobispo de Lima, santo Toribio de Mogrovejo,  pasó por Lachaki. La gente se quejó de que carecían de agua y él la hizo brotar milagrosamente del corazón de una peña. Su idea fue que el pueblo no sufriera de sed y así fue, pero los surcos esperan siempre con ansias su ración.
Antes de que su población creciera y se multiplicaran las viviendas el viento mecía la frondosa cabellera de los bosques de chachakomos, warangos, lloqes, warirumos, taras y lambranes. Después los mermaron las necesidades de las minas.
Sin su protección el frío es intenso en las noches. Cuando llega el día el sol entibia el ambiente y es grato pasear por la quebrada de Kiskichaka entre el mar de aromas que despiden las flores de tauri, talla y sorka entre otras, además de probar la miel de chimbo que atrae a los picaflores. 

 Alfonsina Barriionuevo   

domingo, 20 de agosto de 2017

LOS FAMOSOS WIRAPANPINOS
                 
El taita Santiago de las Españas llegó a Wirapanpas y dio un nuevo encargo a sus pobladores. En adelante todos serían ladrones, buenos, regulares y malos. Al principio la gente no entendió. Poco a poco aprendieron. Un dia le demostraron al santo que su siembra dio resultados. Cómo no, si tenían un gran maestro.
En 1975 Ricardo Valderrama y Enrique Rosas, antropólogos de Qosqo, me contaron sus asombrosas experiencias de campo y me deslumbraron con su historia en una tarde gris con aroma de café. Tuvieron que vivir en la comunidad apurimeña para que ellos en confianza acabaran revelándoles el origen de su extraña raíz.
“¡Pero, cómo no si robamos con la venia celestial del Patrón!” 
De hecho, en las comunidades la honradez es ley, pero en Wirapanpas el Taita Dios Santiago instauró el robo.
“Los inútiles serán buenos cristianos”, les dijeron con absoluta sinceridad. “Los mediocres serán aquellos que caigan siempre en manos de la justicia. Los más capaces harán crecer bajo su  sombra la abundancia.”
“Así dijo el taita y dividió a los cristianos en tres grupos, dijo Enrique Rosas. La prueba que les puso hizo temblar a los más templados. Un leqecho hembra, pájaro de la puna de un finisimo oído, sería la jueza sin saberlo, porque tendrían que robarle sus huevos.
El primero no llegó a meter su mano en el nido y fue corrido a aletazos. ¡Tremendo inútil!  El segundo esperó que se durmiera y ya estaba por sustraérselos cuando fue descubierto. Sólo el tercero la hizo roncar valiéndose de unas hierbas y triunfó sobre los otros, menos listos.”        
Ambos sacaron más datos de su mochila de caminantes y calentaron el día invernal.
No imaginé que el mismo Santiago el Mayor, podía dar a los werapanpinos otra lección inesperada con su ejemplo allá donde el cielo y la tierra se juntan. El santo les enseñó a robar con su mal ejemplo cuando bajaba a  Chalwawacho. Como era grande y robusto su peso agobiaba a su caballo. El pobre tenía el lomo lleno de mataduras. En eso encontró a su hermano Santiago, el Menor, y le envidió su caballo alto, hermoso, con cascos de concha y perla.”

Resultado de imagen para cotabambas apurimac“Juntos caminaron conversando como dos buenos amigos. Juntos se echaron para dormir a orillas del manantial, envueltos cada uno en su capa. Pero Santiago, el Mayor, era ladrón fino. Mientras dormía Santiago, el Menor, le robó su cabalgadura. Por eso no es pecado robar ni entre hermanos. Sólo los tontos se descuidan”.
Los wirapanpinos son desconfiados pero Ricardo y Enrique se ganaron su confianza y les hablaban francamente de sus correrías. Me explicaron que para ellos el robo es una institución. “¿Acaso los blancos no les robaron su tierra a los indios? Sólo estamos cobrando. Además Patrón Santiago fue el mayor ladrón que llegó después de los Inkas y está en la iglesia. Antes de los españoles era feo robar, era malo, se cortaba la mano del ladrón. Taita Santiago cambió eso. Nosotros seguimos a Taita Santiago, lindo patrón. En el pueblo todos tienen sus oraciones para robar.”
Los wirapanpas creen en Lloqe Santiago, Inka Rey, y en Paña Santiago o P’unchay Santiago, el santo cristiano. Cada uno tiene su dominio y recibe sus ofrendas junto con la Pachamama y los ruwales, espíritus telúricos. El kinsa ñeken reza el Ave María al revés y llevan consigo cierta layqasqas, hechizos, para que los perros se duerman cuando van a robar y contagien su sueño pesado a los dueños. Ellos diferencian el robo del asalto que a veces camina con la muerte. El robo no solo es una ley de la costumbre. También cumple una función social. Por ejemplo al avaro o al antisocial se le castiga con el robo y éste acto es aprobado por la comunidad. “Patrón Grande roba Patrón Chico, nosotros robamos también”.
Cuando pueden llevan fusil en el arzón. Sin embargo, el arma de la mayoría es el liwi o boleadora que se amarra a la cintura. Los cronistas dicen que se inventó en tiempos de Manko II para enfrentar a los españoles. El liwi tiene tres puntas que rematan en piedras recogidas en el Hatun Mayu, río grande. Cada una se  envuelve en un cuero sacado de una cabeza de res y dentro se coloca koka o mukllu que es su semilla para pedir la ayuda de los espíritus de los cerros. Su fuerza mágica viene del sebo de culebra que se enrolla en las patas del caballo o de la res con facilidad; las uñas del águila o wamancha, para que se prenda sobre su presa; la kechifra o pestaña del ojo izquierdo del buey para que vaya en dirección recta; las pestañas del puma para que vea en la oscuridad. La triple soga esta trenzada con el pelo de la cola del caballo

Una boleadora bien dirigida puede hacer caer a regular distancia una res, un equino y hasta un hombre. Dos de las bolas giran por encima de la cabeza del jinete y la tercera, en su mano izquierda, aguarda el momento del vuelo, para salir disparada con las otras. Y la víctima cae en plena carrera. Sirve también para luchar cuerpo a cuerpo y de un golpe puede partir cabezas. En las batallas del Chiaraqe, Qosqo, muchos jóvenes guerreros pelean con liwis.
“Por desgracia cada día hay menos que robar”, dicen los mozos de Wirapanpas. Cuando no roban cultivan la tierra. Tienen hasta 90  variedades de papas y kinua, kañiwa y otros productos de pan llevar, entre 3.400 y 4,000 metros de altura.

Ricardo se fue a Qosqo en avión y también Enrique, a quien le fascina poetizar el mundo mágico de la Cordillera y ha rodado alguna vez con los ukhukus, esos osos humanos, por los toboganes de hielo de Qoyllur Rit’i, ha comprado sueños en la feria de los sortilegios, ha traspasado los umbrales de dos mundos.

Lima se ve linda con sus celajes a lo largo de la costa. Es su maquillaje del atardecer. El viaje no es largo cuando se vuelve a la tierra. Sin embargo, ellos  se van en busca de lo suyo, menos ruido, más claridad, cielo azul, viento de puna, tricomías de colores en los cerros y pueblos donde lo absurdo es real. Algún día los wirapanpinos dejarán esa actitud negativa que oxidó sus conciencias. “Lo harán cualquier día, dicen, como quien deja una cáscara prestada para dejar que brille la propia. Entonces, el Paña Santiago comenzará a secarse en su altar, sin una flor.  

Alfonsina Barrionuevo


domingo, 13 de agosto de 2017

¿QUÉ ES UNA OVEJA? 
¡UNA NUBE CON PATAS!

Un niño vale…

¿Cuánto vale un niño? En Europa los gobiernos pagan una pensión por cada niño que nace. Un país sin niños podría desfallecer de vejez. En nuestro país los niños sobran. Sufren falta de amor y con ella de pobreza y discriminación. Pocos perciben que son nuestro futuro. Los niños son un patrimonio que cuidar. Por eso recuerdo a una gran mujer que luchó y sigue luchando por ellos a través de sus descendientes.

"¿Qué es una oveja?", preguntó Tania Castro en el III Encuentro de Escritoras del Sur. De estar viva y en el Qosqo doña Paquita Benavides, la esposa del Presidente Oscar R. Benavides, hubiera sonreído. A esa pregunta sólo un niño o un poeta podría dar una respuesta linda. "Una oveja es una nube con patas." De inmediato les hubiera entregado las bolsas de pan que confeccionaba con los niños de su escuela, ilustradas con los mejores poemas infantiles. En ella la idea de que toda mujer lleva un niño dormido en el corazón se convertía en acción.

En 1911, siendo todavía soltera, fundó "Entre Nous", una gran institución cultural Apoyaron con entusiasmo su inquietud Rosalía García de Lavalle, Angélica Palma, Enriqueta de Alvarez Calderón, Virginia de la Puente, Luisa Moreyra Paz Soldán y Graciela Sosa Artola. Una institución limeñísima con una hermosa casona y directivas que continúan su labor por dar el sitial que corresponde a la mujer peruana dentro de las letras, el arte y la música. En una época en no se soñaba con alcanzar su derecho al voto ella se preocupaba en ayudarle a superarse.


Admiraba a su esposo por su amor al país y su entrega incondicional hasta el heroísmo defendiendo nuestro territorio. Viajó con él acompañándolo al extranjero, cuando sufrió un injusto destierro y después por los cargos que debió desempeñar. El día que le tocó asumir la responsabilidad de gobernar ella se esforzó por aplicar el espíritu humanitario que encontró en otros países. Inglaterra, donde aprendió la sencillez y la casi austeridad de la Reina, y Estados Unidos, donde conoció a una gran mujer, Eleanor Rooselvet, esposa de su presidente.

El Perú, donde le tocó vivir, también estaba marcado por las diferencias sociales. Los niños eran como hoy el sector más vulnerable. Ya encontraría el camino para darles ayuda. El Palacio estaba ruinoso pero en los banquetes y recepciones se disfrutaba de abundantes comidas, bocadillos y licores. Sin que lo advirtieran redujo con talento los gastos excesivos. Había que luchar contra la desnutrición, dar asistencia médica y proteger a los inocentes que estaban en peligro físico y moral.

Su amor y su respeto por quienes tenían menos se manifestaban en cincuentidós servicios asistenciales que se convertían de sueños en una bella realidad. La Escuela de Servicio Social, la Escuela de Sordomudos, Colonias Vacacionales, Jardines de Infancia, Hogares Transitorios y otros, llegando a tener 52 servicios a su mando. En algún momento los agrupó en la "Unión de Obras de Asistencia Social". Para ella la alimentación era principal y procuraba que los niños, por quienes velaba como si fueran una extensa familia, no sintieran el azote del hambre. Es tierno pensar que nunca faltó en sus manos el pan de cada día.

Lima fue cambiando a medida que avanzaba el siglo y sus necesidades aumentaban. Había que multiplicarse y aunque los años se hacían polvo en sus manos se dedicaba a una tarea filantrópica que la mantenía con una gloriosa juventud de alma. Hacer el bien respondía a a su constante preocupación social y su sentimiento religioso, sin excluir a nadie ni crear barreras, según dice la historiadora y antropóloga María Angélica Matarazzo de Benavides. Cuando la muerte llamó a sus puertas mereció entrar a la Cripta de los Héroes y descansar al lado de su esposo. Un alto honor para una Primera Dama.  

Antes y después de estar en Palacio doña Paquita no se daba descanso. En su tiempo el papel de la mujer, bajo un paternalismo tradicional, era lucirse en los salones si pertenecía a las clases acomodadas, ser simplemente ama de casa o trabajar en quehaceres humildes. Sin embargo ayudó a miles de niños y creó una mística que siguió y un día le tocó heredar y continuar a su nieta María Adela Benavides de Lizier. La ayuda prestada a 3’766,730 personas por "La Unión de Obras" justifica la alta distinción que recibió y alcanza a los miembros de su Comité Ejecutivo y Directivo que la secundan ad honorem, mostrando una alta sensibilidad. Doña Paquita no podía ver caritas tristes. Gracias a ella hay sonrisas en miles de niños a quienes les llega a través del tiempo. Sus enseñanzas persisten con eficacia en obras sociales. Una visión moderna que se proyecta bajo su sombra benéfica desde el siglo pasado.¡La alegría de los niños vale un mundo! 

Alfonsina Barrionuevo


domingo, 6 de agosto de 2017

¡MIL Y UNA PAPAS…!

¿Papitas de colores? ¡Papas que pinta el arco iris! Parece una fantasía, pero, en Tayacaja, Huancavelica, la tierra produce papas azules, rojas, verdes, amarillas y moradas. ¡Un sueño! La Pachamama o madre tierra realizó este prodigio en un pequeño lugar del Perú para demostrar que la papa puede ser bella y convertirse en pétalos de colores al ser recortada finamente.
Al principio de los tiempos no se conservó el nombre de los hombres que domesticaron la papa y se perdió en los espacios siderales. Nunca se sabrá en qué milenio, ni a qué altura, el tubérculo oscuro amó la mano que lo arrancó de su mundo subterráneo para acunarlo en el surco y llenar sus sueños salvajes con su canto. Su afán cambió su destino porque la papa que se escondía por ser fea  ahora es deseada en todos los idiomas.
La tradición oral de los pueblos andinos incluye la papa en el buen trato que deben recibir los alimentos. No hay que desperdiciarla porque puede subir Hanaq Pacha, la tierra de arriba”o cielo para quejarse. De hacerlo provocan en castigo las sequías o las inundaciones.

En Huánuco, relatan los ancianos, los aukillos o espíritus protectores de los animales vigilan también las chacras de papas. En gratitud los agricultores les llevan sus pagos”u ofrendas una vez al año. En ellas ponen especies de los tres reinos naturales, como naranjas, coca, flores, plumas de cóndor, varitas simbólicas de oro y plata, conchas marinas y diminutas estatuillas de alpakas suri y wakaya en piedra de Huamanga.
Los estudios efectuados determinan que el centro de la domesticación de la papa se encuentra entre Qosqo y Puno, donde se ha llegado a contar alrededor de 1,400 variedades cultivadas y unas 2,100 en estado silvestre. Su adaptabilidad al clima ha permitido que llegue a bajar cerca a la chala, a unos kilómetros del mar, sin embargo, todas sus formas de consumo tradicional son de altura, como el chuño negro que se hace de una papa escogida y el chuño blanco, moraya y tunta, que proviene de una papa blanca que crece en libertad.

Los alfareros muchik, que hace más de mil años registraron en la arcilla su medio ambiente, incluyeron a la papa humanizándola. Hans Horkheimer señaló que hay representaciones del tubérculo que aparece con rasgos antropomórficos  mutilados, como si se tratara de utosos. Quizá hubo lugares endémicos de leishmaniasis y su presencia se registró en la el barro recurriendo a la papa. Los rostros aparecen con narices y bocas perforadas por la uta como pidiendo una protección contra el terrible mal.
En la cerámica naska los artistas copiaron las plantas de papa gloriando sus características con máximo detalle según sus variedades en un ritual de agradecimiento a la madre tierra. Hay un éxtasis en describir sus hojas, frutos y flores incluyendo los tubérculos, un alimento nuevo.

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Algunos estudiosos afirman que los Hermanos Ayar, fundadores de Qosqo, las sacaron de su paqarina o lugar de nacimiento, sembrándolas a espaldas del cerro Wanakaure. La papa era una hija muy querida del Padre Sol, quien puso su semilla en el seno oloroso de Pachamama. Por eso el mismo Inka abría los surcos para iniciar su siembra con una chakitaqlla de oro. Entendiendo su importancia el primer obispo de Qosqo, el dominico Vicente Valverde, propuso a Carlos V que se aplicaran diezmos y primicias a sus cosechas. 
En el siglo XVI los españoles que probaron la papa trataron de explicar sus virtudes de manera pintoresca. Juan de Castellanos dijo que eran como unas raíces redondillas o alargadas, golosina para el paladar de los indios y aún de los suyos.”Pedro Cieza de León afirmó que eran como unas turmas de la tierra, que después de cocidas quedan tiernas por dentro como castañas. En 1588, Acosta las encontraba parecidas a las nueces y ‘secadas al sol’, decía, tomaban el nombre de chuño.”

Actualmente en Poroy las jóvenes de las comunidades suelen hacer competencias rituales en su homenaje. Ellas usan unos bates para empujar una pelota de madera hacia su lado, Hanan o Hurin. ¡Las que ganen tendrán un tiempo próspero para sus cultivos…! Representa a Mama Aqsu, la madre papa, Santa Bárbara, patrona de la iglesia de Poroy. Ella lleva sus andas adornadas con walqas, collares de tubérculos escogidos, un juego ritual para asegurar óptimas cosechas futuras.

La papa llegó a Europa como una curiosidad botánica. Se afirma que las primeras plantas fueron enviadas a Felipe II en 1565. Éste las regaló al Papa, quien a su vez las pasó al botánico Carolus Clasius en una bella cesta. Se dice que fueron cultivadas en Viena y en Frankfurt, siendo muy admiradas por sus hermosas flores.

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Al fin de este milenio son pocos los países donde la papa no se cultiva y es el mayor regalo que el Perú y América han hecho al mundo. Siendo originaria de los Andes sólo aquí se puede encontrar una infinidad de variedades de espléndidos sabores y colores, como las que viajan ahora en avión en papel de seda y en primorosas cajitas como pétalos u hojuelas regias.

En otros climas salvó del hambre a millones de personas, ahora la papa forma parte de los menús cotidianos en todos los idiomas, pero sin que los agricultores hayan podido lograr las delicadezas que son propias de su cuna. ¡Esas se saborean mejor en el Perú! ¡Así que bienvenidos a su mesa!

Alfonsina Barrionuevo

martes, 1 de agosto de 2017


CÓMO ACABARON LOS DINOSAURIOS

Hace millones de años los dinosaurios desaparecieron con los cambios climáticos. En el primer lustro de este siglo el destacado meteorólogo Mateo Casaverde y otros especialistas afirmaron que a lo mejor estábamos en la antevíspera del fin de nuestra era. Han pasado mas de diez años y como la situación se mantiene creo que cabe reproducir este artículo publicado el 2006. Más vale prevenir que lamentar.
“Los gigantes antediluvianos, dijo Casaverde, no fueron causantes de su extinción. Pero los actuales ciudadanos del planeta sí y sería lamentable que la humanidad, con todos los adelantos logrados, perdiera sus jardines del paraíso en el futuro. Los países desarrollados tienen la responsabilidad.”

La Tierra acusa efectos devastadores que no se toman en cuenta. Generalmente por falta de mayor información o por minimizar la noticia de desastres que surgen cuando menos se espera.
En el Perú cada año se recuerda la necesidad de drenar los ríos que se colmatan en los meses de lluvias en la sierra, así como de reforzar las defensas ribereñas, pero los trabajos se postergan. Urge también reforestar las cuencas hidrográficas, pero tampoco se hace. Hasta que aparecen las llokllas o aluviones con desastrosas consecuencias.
Se conocen y sufren los fenómenos, pero siempre se olvidan. La preocupación del estudioso viene de observar los nuevos efectos de los cambios climáticos que están aumentando en frecuencia e intensidad.

Una publicación del estadounidense Andrew Thomson, de la Universidad de Ohio, precisó que se calculaba un plazo de 50 a 100 años antes de que el calentamiento global representara peligro. Sin embargo, en setiembre del 2002 comenzaron a adelantarse los pronósticos, cuando apareció un “río de agua dulce” en el Océano Atlántico, provocado por grandes masas de  hielo polar derretido.

En el 2004  el inglés  David King expuso que era necesario prepararse para la catástrofe mundial que se venía perfilando. En la revista “Sciencie” escribió el resultado de sus trabajos y concluyó: “en mi opinión, el cambio climático global es el más severo problema que afronta la humanidad actual.”   
A su vez, Andrew Marshall, de la Office of Net Assessment de Estados Unidos, explicó cómo el derretimiento de los polos y los glaciares en el mundo pueden generar una tragedia climática global si no se logra mantener a Norteamérica y a Europa alejados de un congelamiento permanente y que a la vez  no se quiebre el equilibrio climático.

Barrera de hielo de Ross
“El derretimiento de los glaciares en el Perú es patente, decía Thomson. En 1954, un DC3 de TAM se estrelló en el glaciar “Yerupajá”. Cuando fue localizado el avión siniestrado sólo se veía la punta del timón de cola. Pero, a principios del XXI los andinistas descubrieron  que al derretirse el hielo los restos del avión quedaron expuestos por primera vez.”
Si los glaciares de la cordillera de los Andes continúan perdiendo nieve, en menos de 20 años, según Thomson, bajarán los caudales del río Santa, afectando poblaciones y campos de cultivo. Otro tanto se puede decir del río Vilcanota de Qosqo y otros ríos interandinos.
Al respecto tendremos otros desastres naturales, como erosiones, deslizamientos, aluviones, por la peculiar orografía de nuestro suelo. Casaverde  señala que los problemas se magnificarán en nuestro país debido a sus 240 cuencas y subcuencas donde se generan estos fenómenos geológicos.
“Actualmente, especificaba Thomson, se producen incendios forestales en zonas húmedas de Alaska, huracanes con fuerza y frecuencia jamás vistas en el Caribe e incluso en el norte brasilero.”
Gracias a fotos satelitales Andrew Marshall  comprobó que el 40% del Polo Norte se derritió en sólo 33 años, y que el proceso está más acelerado con todas sus brutales consecuencias para la humanidad. Lo mismo en los Andes peruanos con la pérdida de un 35% de la masa glaciar.
Resulta curiosa la posición de los científicos privados y los científicos oficiales sobre sus declaraciones. En el Polo Sur el desprendimiento del glaciar Larsen-A sorprendió a todos. Pero los “oficiales” dijeron en seguida que no importaba, porque estuvo conectado a ese Polo más o menos 10,000 años. Agregaron que el glaciar Larsen-B, que estaba detrás, no se derretiría. Pero en el 2003, este glaciar de 600 km2 de superficie se rompió y se deslizó hacia el mar. Los “oficiales” afirmaron que se derretiría en seis meses, pero pecaron de optimistas porque el Larsen-B desapareció en 35 días, elevando el nivel de las aguas de los océanos del  mundo.

Otra masa, el glaciar o barrera de Ross, que es enorme está perdiendo espesor y no se sabe qué pasará en el futuro. Probablemente se elevaría el nivel del agua en las costas de varios países. Un nivel preocupante porque subiría varios metros. Ni pensar cómo afectaría a La Punta, Callao, islas, puertos  y otras ciudades del litoral.
Los especialistas pronosticaron que sería terrible. De suceder, territorios del norte de Europa quedarían  bajo una capa de hielo de varios cientos de metros de espesor. El norte de Estados Unidos e Inglaterra tendrían el clima de la actual Siberia.
Volviendo a lo increíble en el Perú la costa se tornaría en una selva tropical y la puna en un yermo inhabitable con castigadoras heladas, mientras que la Amazonía se convertiría en un pajonal con algunos lunares verdes en las cuencas de los ríos de origen ecuatorial.

El clima del planeta sufriría otros cambios radicales que durarían alrededor de 90,000 años. Los vaticinios pueden parecer fatales, pero no tienen fines alarmistas. El propósito es obtener una reacción de los gobiernos. “
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2017. Seguimos advertidos. Ya tuvimos un Niño Costero.

Alfonsina Barrionuevo