martes, 1 de agosto de 2017


CÓMO ACABARON LOS DINOSAURIOS

Hace millones de años los dinosaurios desaparecieron con los cambios climáticos. En el primer lustro de este siglo el destacado meteorólogo Mateo Casaverde y otros especialistas afirmaron que a lo mejor estábamos en la antevíspera del fin de nuestra era. Han pasado mas de diez años y como la situación se mantiene creo que cabe reproducir este artículo publicado el 2006. Más vale prevenir que lamentar.
“Los gigantes antediluvianos, dijo Casaverde, no fueron causantes de su extinción. Pero los actuales ciudadanos del planeta sí y sería lamentable que la humanidad, con todos los adelantos logrados, perdiera sus jardines del paraíso en el futuro. Los países desarrollados tienen la responsabilidad.”

La Tierra acusa efectos devastadores que no se toman en cuenta. Generalmente por falta de mayor información o por minimizar la noticia de desastres que surgen cuando menos se espera.
En el Perú cada año se recuerda la necesidad de drenar los ríos que se colmatan en los meses de lluvias en la sierra, así como de reforzar las defensas ribereñas, pero los trabajos se postergan. Urge también reforestar las cuencas hidrográficas, pero tampoco se hace. Hasta que aparecen las llokllas o aluviones con desastrosas consecuencias.
Se conocen y sufren los fenómenos, pero siempre se olvidan. La preocupación del estudioso viene de observar los nuevos efectos de los cambios climáticos que están aumentando en frecuencia e intensidad.

Una publicación del estadounidense Andrew Thomson, de la Universidad de Ohio, precisó que se calculaba un plazo de 50 a 100 años antes de que el calentamiento global representara peligro. Sin embargo, en setiembre del 2002 comenzaron a adelantarse los pronósticos, cuando apareció un “río de agua dulce” en el Océano Atlántico, provocado por grandes masas de  hielo polar derretido.

En el 2004  el inglés  David King expuso que era necesario prepararse para la catástrofe mundial que se venía perfilando. En la revista “Sciencie” escribió el resultado de sus trabajos y concluyó: “en mi opinión, el cambio climático global es el más severo problema que afronta la humanidad actual.”   
A su vez, Andrew Marshall, de la Office of Net Assessment de Estados Unidos, explicó cómo el derretimiento de los polos y los glaciares en el mundo pueden generar una tragedia climática global si no se logra mantener a Norteamérica y a Europa alejados de un congelamiento permanente y que a la vez  no se quiebre el equilibrio climático.

Barrera de hielo de Ross
“El derretimiento de los glaciares en el Perú es patente, decía Thomson. En 1954, un DC3 de TAM se estrelló en el glaciar “Yerupajá”. Cuando fue localizado el avión siniestrado sólo se veía la punta del timón de cola. Pero, a principios del XXI los andinistas descubrieron  que al derretirse el hielo los restos del avión quedaron expuestos por primera vez.”
Si los glaciares de la cordillera de los Andes continúan perdiendo nieve, en menos de 20 años, según Thomson, bajarán los caudales del río Santa, afectando poblaciones y campos de cultivo. Otro tanto se puede decir del río Vilcanota de Qosqo y otros ríos interandinos.
Al respecto tendremos otros desastres naturales, como erosiones, deslizamientos, aluviones, por la peculiar orografía de nuestro suelo. Casaverde  señala que los problemas se magnificarán en nuestro país debido a sus 240 cuencas y subcuencas donde se generan estos fenómenos geológicos.
“Actualmente, especificaba Thomson, se producen incendios forestales en zonas húmedas de Alaska, huracanes con fuerza y frecuencia jamás vistas en el Caribe e incluso en el norte brasilero.”
Gracias a fotos satelitales Andrew Marshall  comprobó que el 40% del Polo Norte se derritió en sólo 33 años, y que el proceso está más acelerado con todas sus brutales consecuencias para la humanidad. Lo mismo en los Andes peruanos con la pérdida de un 35% de la masa glaciar.
Resulta curiosa la posición de los científicos privados y los científicos oficiales sobre sus declaraciones. En el Polo Sur el desprendimiento del glaciar Larsen-A sorprendió a todos. Pero los “oficiales” dijeron en seguida que no importaba, porque estuvo conectado a ese Polo más o menos 10,000 años. Agregaron que el glaciar Larsen-B, que estaba detrás, no se derretiría. Pero en el 2003, este glaciar de 600 km2 de superficie se rompió y se deslizó hacia el mar. Los “oficiales” afirmaron que se derretiría en seis meses, pero pecaron de optimistas porque el Larsen-B desapareció en 35 días, elevando el nivel de las aguas de los océanos del  mundo.

Otra masa, el glaciar o barrera de Ross, que es enorme está perdiendo espesor y no se sabe qué pasará en el futuro. Probablemente se elevaría el nivel del agua en las costas de varios países. Un nivel preocupante porque subiría varios metros. Ni pensar cómo afectaría a La Punta, Callao, islas, puertos  y otras ciudades del litoral.
Los especialistas pronosticaron que sería terrible. De suceder, territorios del norte de Europa quedarían  bajo una capa de hielo de varios cientos de metros de espesor. El norte de Estados Unidos e Inglaterra tendrían el clima de la actual Siberia.
Volviendo a lo increíble en el Perú la costa se tornaría en una selva tropical y la puna en un yermo inhabitable con castigadoras heladas, mientras que la Amazonía se convertiría en un pajonal con algunos lunares verdes en las cuencas de los ríos de origen ecuatorial.

El clima del planeta sufriría otros cambios radicales que durarían alrededor de 90,000 años. Los vaticinios pueden parecer fatales, pero no tienen fines alarmistas. El propósito es obtener una reacción de los gobiernos. “
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2017. Seguimos advertidos. Ya tuvimos un Niño Costero.

Alfonsina Barrionuevo


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