LA FUERZA DE LOS ANDES
Roberto
Frisancho, antropólogo por la Universidad de San Antonio Abad del Qosqo y
biólogo por la Universidad de Pensilvania, EE.UU., nos proporciona luces notables
sobre su especialidad, la altura. Veamos el gran aporte que puede dar este
guerrero natural que protege los Andes.
Nacido
en el Qosqo, la vida de Roberto Frisancho* arranca de Accha, Paruro, uno de los
hermosos pueblos que unen historia y leyenda. Los Hermanos Ayar salieron de
Paqareqtanpu para fundar un imperio.
Doctor Roberto Frisancho y su esposa Hedy |
Sin
desvincularse del Perú su trabajo en la Universidad de Michigan, donde reside, ha
centralizado por varios lustros sus investigaciones, publicaciones y
conferencias acerca de la altura, regiones de la Suni y la Puna. En estos meses marcados por el Covid19 es alentador conocer
cómo funcionan sus mecanismos disminuyendo su ataque por la influencia del clima
en tierras peruanas y tibetanas, donde el corazón y los pulmones se expanden
tratando de capturar el escaso oxígeno del aire. Su último libro trata justamente
del cuerpo y tamaño excepcional del cerebro humano en esos lugares donde llueven
las estrellas.
Alfonsina Barrionuevo
LETALIDAD DEL CORONA VIRUS EN LA ALTURA
En
el Cusco, localizado a una altitud media de 3,300 metros,, ocurrieron sólo tres muertes. De manera similar en Puno
localizado a 3,750 metros, hay pocas
muertes entre los infectados. A propósito, de acuerdo al diario ‘La República’ hasta el 31 de mayo las tasas de mortalidad
para las regiones situadas por encima de los 3,000 metros está
tres veces menor que al nivel del mar. También el diario ‘El Comercio’ del 18
de mayo, indica que la recuperación de
los infectados es mejor en el Cusco que al nivel nacional. Como va esta
pandemia es posible que esta diferencia cambie.
El
interés de estudiar la interacción de la hipoxia (es decir baja presión
barométrica) y la infección del corona virus se debe a que el proceso de
adaptación a la altura conlleva cambios
en el sistema cardiovascular. Por ejemplo, si una persona vive en la
altura tiene un mayor tamaño del volumen pulmonar, más aún si uno llega a vivir
en la altura antes de los 8 años aumenta también el volumen alveolar del
pulmón, con lo cual uno extrae mayor cantidad de oxígeno del ambiente. Esta
adaptación tiene una gran importancia ya que la letalidad del corona virus se
debe a que afecta al pulmón impidiendo la respiración y extracción de oxígeno. El
tema de virulencia y mortalidad bajas asociadas con infección de coronavirus,
que ocurren en poblaciones que viven en localidades de gran altitud fue
remarcado en un artículo reciente
titulado ‘Does de pathogenesis of SARS-CoV-2 virus
decrease at high altitud’, publicado en el Journal ‘Respiratory Physiology and
Neurobiolgy’ los autores postulan que la adaptación a medioambientes de alturas
elevadas, hace que los habitantes locales sean menos susceptibles a los efectos
de SARS (CoV19)2*(Cov19), debido a que sus habitantes expuestos de manera
crónica a condiciones de hipoxia, expresan una reducción de los receptores ACE2
en sus pulmones. El estudio de poblaciones incluye datos epidemiológicos de la
región del Tíbet en China, con poblaciones que viven en un rango de 3,500 a 4,000 metros. Bolivianos y Ecuatorianos que
viven a altitudes de un rango entre 2,400 a 4,000 metros sobre el nivel del mar.
Los resultados indican que el impacto del coronavirus en la meseta del Tíbet,
ha sido dramáticamente más bajo comparado con el resto de China, específicamente
sólo 134 casos han sido confirmados en la meseta, incluso en aquellos que
desarrollaron condiciones serias, todos se recuperaron y no se observó
mortalidad. Igualmente, en las provincias bolivianas localizadas a gran altitud
sólo fueron detectados 54 casos de C0vid19, comparado con 140 casos de
infectados en provincias de baja altitud. En otras palabras, los promedios de
infección a gran altitud son tres veces más bajos comparados con las
comunidades de baja altitud. De manera similar en Ecuador, sólo 722 personas
con Covid19 fueron reportadas en áreas de gran altitud, comparados con 2,943
casos en las regiones de la costa.
En
resumen, claramente, la patogénesis del Coronavirus y la prevalencia de
infección en el Tíbet y en las regiones alto Andinas, son dramáticamente más
bajas que en poblaciones que viven a baja altitud, y que no corresponde a las
tendencias globales. Los autores postulan que los mecanismos por debajo de la
severidad más baja de la infección por el virus SARS-CoV-2 en poblaciones de
altitud elevada, podrían estar
relacionadas a los rayos
ultravioleta (UV) elevados, radiación que ocurre con más intensidad en
la altura, y que reduciría el tiempo de vida medio del virus junto con la hipoxia que reduciría la expresión de los receptores de la enzima
convertidora de angiotensina 2 (ACE2), el cual es el principal blanco para que
el virus SARS-CoV-(4) se adhiera y penetre el epitelio pulmonar.
Los
investigadores también proponen que la alta radiación solar (UV) en poblaciones
de altura reduce la virulencia. Esta posibilidad se basa en estudios que incluyen exponer el Coronavirus
SARS a irradiación UV por 60 minutos y resultó en la destrucción de la
infectividad a un nivel indetectable. Sin embargo, la pregunta es, ¿de qué
manera estos hallazgos pueden ser aplicados a los humanos? La posibilidad de
adaptación a un ambiente de altitud elevada, podría hacer a sus habitantes
menos susceptibles a la virulencia del SARS-CoV-2, es un postulado interesante.
Esta hipótesis está basada en los hallazgos sobre el nivel de expresión del
receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) en las células
pulmonares epiteliales, lo cual puede modular el promedio de infecciones por
SARS-CoV-2. Por lo tanto se ha propuesto, que los habitantes de altura
(crónicamente expuestos a niveles de hipoxia
tienen niveles reducidos del receptor ACE2. Esta es una posibilidad
interesante que debe examinarse considerando las estrategias adaptativas
fisiológicas y genéticas de las poblaciones que viven en las grandes alturas en
los Andes y en el Tíbet y que son diferentes. Los Andinos de altura muestran
volumen pulmonar residual incrementado, ventilación pulmonar disminuida y
concentraciones de hemoglobina elevada.
En contraste las poblaciones del
Tíbet están caracterizadas por tener ventilación pulmonar y niveles de
concentración de hemoglobina no elevadas, similar a la de poblaciones de baja
altitud, y un incremento moderado de volumen pulmonar. Sin embargo, ambas
poblaciones Andinas y del Tíbet consiguen un alto nivel de oxigenación tisular.
Por lo tanto las adaptaciones fisiológicas que puedan proteger sobre el impacto
de la infección del virus COBID-19 deberán ser diferentes entre las poblaciones
Andinas y del Tíbet.
En
conclusión, es evidente que la frecuencia, patogénesis y mortalidad asociada
con el Coronavirus, que ocurre a gran altitud son marcadamente diferentes en
poblaciones que viven a baja altitud o cerca al nivel del mar. Esta dramática
diferencia está probablemente relacionada con la interacción simbiótica de los
procesos adaptativos fisiológicos y con
la radiación ultravioleta elevada de las grandes alturas; todo lo cual, lleva a
preguntas que necesitan ser contestadas con investigaciones futuras. Investigaciones
que podrían tener un impacto profundo de importancia sobre el entendimiento de
la fisiología y patogénesis de este virus. Como ha sido demostrado en una
reciente investigación, los anticuerpos derivados de la llama Andina pueden neutralizar la patogénesis del
coronavirus.
Una
vez más, la investigación sobre la biología a grandes alturas continúa en
contribuir al avance de la ciencia para
el bienestar de la humanidad.
*Roberto
Frisancho Fernandez Baca. Qosqo. Perú.
EVOLUTIONARY
ORIGIN OF THE UNIQUE BODY SHAPE AND LARGE AND COMPLEX BRAIN SIZE OF HUMANS
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