KUKULI Y SUS SUEÑOS DE COLORES
No pierdo de vista a Kukuli mientras
repaso imágenes de sus obras en Lima. Cuando estudiaba en el colegio Sophianum
le impactaron los jinetes del Apocalipsis. Le gustaba dibujar y pintar caballos,
más en este caso formaron parte de una serie de los tétricos personajes. Los vi
y me impresionaron por salir de sus pinceles con gran fuerza. Recuerdo haberle
contado que en Puno jóvenes doncellas bailan en noviembre con cráneos adornados
con flores como si se aromaran de vida y así hizo a la Muerte, pero completa en un alazán encabritado
al sentir su materialidad.
Ahora tengo en mis manos el Hambre, personificado
por un niño y cuán duro es verle. No muestra su rostro pero se adivina por su
cuerpo esquelético, mustio. A mí me pareció el más expresivo, porque no debería
darse y duele porque los niños son los más vulnerables. El ‘Hambre’ sigue galopando
con los otros en su cabalgadura, al requerimiento de hombres enloquecidos por
el poder.
Hace unas semanas Kukuli presentó una
exposición en Taller, Filadelfia. EL OJO CÓMPLICE mostró por primera vez sus pinturas y tuvo una
adición inesperada para los visitantes. Durante varios días la vieron trabajando
un enorme mural con plumón y a mano alzada. Sus dedos se deslizaron con rapidez
y eso lo he visto, nadie puede saber que irá saliendo orquestadamente como si
estuviera copiando algo que solo ven sus ojos. Para los medios especializados
de la hermosa ciudad fue una experiencia.
DESCUBRIENDO EL PERÚ
Heredé de mi padre, Leandro
Barrionuevo, la pasión de viajar. Entre dos carreras culminadas, las leyes y el
periodismo, me decidí por la segunda. No en vano fue mi primer maestro después
de haber sido redactor en diarios y revistas de Qosqo, Lima, Chiclayo, Cerro de
Pasco y Huaraz. Cada desplazamiento, me dijo siempre, debía tener el propósito
de investigar en esas páginas abiertas de cultura y paisajes que son nuestros
pueblos.
La mayoría de veces y por motivos de
trabajo lo he hecho sola, otras llevando a mis hijas como acompañantes, de vez
en cuando con excelentes amigas, y también con fotógrafos y equipos de
televisión, de acuerdo a las circunstancias. Para mí ha sido muy grato
compartir caminos con Julia Chambi, Teresa Lastarria, Sonia Molina, Patricia Navarro-Grau
y Zuly Azurín. Puedo decir que fueron muy animosas, esforzadas, capaces de
vencer obstáculos e interesadas por conocer el Perú. Las vías del interior siguen
siendo trochas polvorienta y vehículos viejos que se van desarmando, a menudo
había que ir por los chakiñan, sendas estrechas de a pie, cruzar ríos en
oroyas, volar en helicópteros y avionetas poco seguras, en fin de aventura.
Los tiempos ha pasado y antes de que
sigan rodando al infinito quiero abrir una pequeña serie con Zuly Azurín, profesora,
actriz y, cantante de temas en runasimi, a quien conocí cuando hizo el papel
protagónico de ‘Alllpa Kallpa’, película con el guión de Hernán Velarde,
producida y actuada por Tulio Loza. Ojalá sea posible.
Alfonsina
Barrionuevo