¡LA TIERRA PUEDE MORIR!
¡Alerta,
nuestro planeta se encuentra en peligro!
¡Alertaaa!
Hace años
estuve en Ciudad México y una espesa niebla la cubría. Era una de las capitales
más contaminadas del mundo. Hace unos días mi hija Vida viajó a la ciudad
mexicana. Me trajo una noticia alucinante. Admiró su cielo azul y sus plazas y calles cubiertas de un verde milagroso. El
aire pesado que la envolvía se limpió.
No sé si
nuestra Tierra puede salir del oscuro alerta, pero con el ejemplo de Ciudad de México
es posible. En Lima mucho se podría hacer sembrando árboles en las peligrosas
laderas del Rímac que cientos de años atrás eran frondosas. Para eso tiene que
trazarse un plan director en el cual participen las autoridades y los
habitantes de la ciudad. Deben prepararse brigadas que enseñen cómo se foresta
los cerros, empresas que ayuden al cultivo de plantones y generar un
sentimiento de responsabilidad en la población. Somos solidarios, habrá una
gran respuesta, lo único que hacer es organizar un movimiento para recobrar la
protección que generan los bosques.
El problema se
presenta a nivel mundial, pero al menos
en el país hay que tomar conciencia de su gravedad. La agresión a la Tierra fue
advertida entre 1975 y 1980 más o menos. En una entrevista que le hice al
famoso sociólogo brasileño Josué de Castro, autor de un best seller: “La
Geografía del Hambre”, me dijo que, en un futuro distante habrían cambios
climáticos tan extremos que, en ciertas partes, la nieve y el frío sería tan
intensos que la gente se congelaría y, en otras, el calor tan agotador, que
acabaría con la vida animal y vegetal. Cuando hablamos de la sobrepoblación agregó
que su alimentación pasará a segundo plano. ‘El hombre, antes que morirse de
hambre, dijo, se morirá de sed’.
Cuando se dio
la vida en el planeta, el único habitado del Sistema Solar, millones de niños
jugaron en sus sueños prehistóricos con lunas de plata y estrellas brillantes,
hicieron volar al arco iris como si fuera un cometa, se trasladaron de un sitio
a otro en alas del viento, flotaron en las aguas del mar sobre pañales de
plankton, treparon las cumbres más altas, se lanzaron en tobogán por el cuello
de las jirafas, jalaron de la cola a los caimanes, se durmieron sobre los
vellones de las alpakas, hicieron rondas con los pajaritos y fueron felices. Durante millones de años la Tierra
ha sido madre. En este siglo, a pesar del avance de las tecnologías, los países
desarrollados la están poniendo en emergencia.
Este planeta,
nuestro hogar desde épocas sin memoria, ha sido generoso, hasta que las
industrias, las empresas y las ciudades crecieron indiscriminadamente
provocando un caos terrible. En los últimos siglos la Tierra ha sido
maltratada, atropellada, atormentada,
ensuciada, y esclavizada por el cemento. La mayoría se reduce a
vivir sin respetar sus principios vitales. Una minoría la explota olvidando que
una catástrofe futura los arrastrará también. Si suben los mares será en Nueva
York como en Venecia, Bruselas, Egipto, o Suecia, En muchas partes donde hay
excesiva tala de árboles el alza de la temperatura provocará sequías y
sucesivas desertificaciones.
Lima es una
muestra. En menos de cinco siglos ha pasado de valle fértil y próspero, con un río
limpio dotado de peces y camarones, bosques rumorosos y cerros llenos de verdor
a una megalópolis con distritos de estructuras diversas, grandes
urbanizaciones, sectores populares y
tugurios que se prenden de cerros calvos
que perdieron su encanto. No se ha terminado de monitorear la situación en
otras partes.
La
consecuencia es un aumento de cánceres a la piel y la ceguera. No basta
proteger la cabeza con sombreros. Se necesita lentes especiales, pues, los
rayos caen al suelo y rebotan a los ojos en un ping pong trágico. El
calentamiento global o efecto invernadero es producto del uso de combustibles
fósiles, -los dinosaurios convertidos en petróleo-, el dióxido de carbono y otras sustancias
químicas.
Por los gases
contaminantes en el Perú siguen disminuyendo sus glaciares. En Qoyllur Rit’i,
lugar de multitudinarios peregrinajes, también se aprecia una sensible baja
de nieve. En Groenlandia así mismo
satélites de la NASA registraron que en el año 2005 su casquete de hielo perdió
50 kilómetros cúbicos de hielo. De seguir subirá el nivel de los mares hasta 4
y 6 metros cubriendo poblaciones costeras y balnearios.
Puede parecer
una paradoja pero hay que reforestar la selva u omagua- que va siendo cada día
más vulnerable. No sólo es un pulmón que oxigena la atmósfera sino que protege
la vida en su entorno. En San Martín y Amazonas hay áreas de selva seca, la
purma. Se sabe que su ecosistema es muy frágil. apenas unos dos metros de
tierra y debajo cuarzo. La refracción del sol aumenta la fuerza de sus rayos.
Que se cumplan
las disposiciones legales para racionalizar la explotación maderera. Que no se
corten completamente los árboles para que retoñen y que siembren tres por uno
que se tala. Los gobernantes deben tomar medidas para proteger el medio
ambiente y dejar de sumarse a los millonarios destructores de la Tierra. A la
temperatura que aumenta se agregarán
otros problemas. Las explosiones
solares y la basura de los satélites y las naves espaciales.
Tenemos que
luchar señores del gobierno. Hay que hacer campaña señores de las instituciones
del medio ambiente. ¡A trabajar con las naciones que ya están pensando en
salvaguardar el futuro de las próximas generaciones! De continuar el
calentamiento del planeta disminuirán los recursos hídricos y desaparecerá un
alto porcentaje de especies.
¡Salvemos a nuestra
querida Tierra!
Alfonsina Barrionuevo
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