domingo, 25 de febrero de 2018

KUKULI Y SUS SUEÑOS DE COLORES

Los hombres que trajo Cristóbal Colón a América, muchos de ellos salidos de los presidios, cometieron atrocidades. Una de ellas era poner en fila a doce o trece mujeres que tenían el vientre abultado. La apuesta era quiénes podían matar al mismo tiempo con un solo disparo a la madre y al bebé en camino.
KUKULI VELARDE
Kukuli puso en su arte a los no nacidos. La forma cómo América se desangró aquella vez se rubricó en una dolorosa/dolida arcilla. Millones murieron en aquella ocasión y se registró un despoblamiento terrible. Se calcula que se salvó solo un veinte por ciento, corriendo ríos de sangre. Un genocidio sin nombre que no se recuerda.
El olvido cubre el horror.     


FLORES DE LA TIERRA
                             
La papa será siempre “la flor” de nuestros alimentos.
En el Perú, donde los deslumbramientos se están dando a menudo alguien descubrió un jardín de papas de colores. Se intentó multiplicar los cultivos y fue imposible. Las condiciones de la tierra huancavelicana, creadora de esa maravilla, no se podían repetir en otra parte. Sus ingredientes son un secreto de la Pachamama de Aimara. La idea del Proyecto de Innovación y Competitividad de la Papa, INCOPA,  del Centro Internacional de la Papa, fue convertir entonces esas papas en pétalos crocantes. Por primera vez los consumidores se llevaron a la boca sus hojuelas como si fueran flores de la tierra.
Así viajaron al exterior las Jalka Chips y el Puré Andino en polvo de papa amarilla tunbay, ganadora de una exposición en Crevan, Francia.

Curiosamente, en el siglo XVI, la primera mata de papa fue enviada a un botánico del Viejo Mundo en una canastita como bellísimas flores. Al marchitarse descubrió que tenían un fruto comestible debajo de la tierra.
Durante siglos nuestro tubérculo de bandera tuvo que vencer humillaciones y maltratos en Occidente. Sin embargo fue una heroína cuando salvó del hambre a Europa. En los últimos años su cultivo se ha extendido y la producción mundial pasa los trescientos millones de toneladas por año.

Hay que ver los nombres sugestivos que tiene en  Huancavelica:
illa pillpintu, mariposa radiante; pumachaki, garra de puma; paqari t’ika, flor del amanecer; kusi sonqo, corazón alegre; inka tipana, medallón del Inka; munay tuta, pasión de medianoche. 
Hay que pensar también en los mitos, leyendas y tradiciones que le dan encanto. En Otuzco, La Libertad, los campesinos saben de su relación con la Virgen de la Puerta, en el Qosqo Santa Bárbara de Poroy es la Pachamama de la papa y sus mayordomos adornan sus andas con walkas o collares de papas, En su octava las mujeres juegan con un bate inka empujando una pelota de madera que se le parece. Las ganadoras merecen las mejores cosechas del año siguiente, mientras los niños libran una batalla con el tanpurokoto, el fruto castigador de la papa.
 
La creatividad de la madre naturaleza produce unas 3,600  variedades, con hermosas flores de colores y apetitosos sabores que son exclusivos y se deben a la variedad de pisos ecológicos que tenemos y  donde ella retoza, recogiendo el efluvio de las dulzuras de cada altura y tipo de  tierra, con nombre y apellido propios.
La papa reconoce a sus domesticadores milenarios y se siente amada por sus continuadores. Lo que siente es no ser recepcionada como antes a nivel popular. Últimamente se está retrayendo por la indiferencia de los consumidores. Si en 1973 se consumía per cápita 89.5 kilos al año, qué pasó para que baje a 50 kilos en el 2000. Es preocupante que este fenómeno se registre en el país de la papa.
La papa está viva, la papa sufre y una tradición popular afirma que no se puede tratar mal a los alimentos porque ellos suben al cielo, se quejan y se pueden quedar. Otra, que se ha  recogido en Huancavelica, informa su  aflicción si no se le festeja al terminar la cosecha. Cuando no recibe una cariñosa ofrenda toma la forma de seres humanos y puede emigrar dejando huérfana la tierra donde nació.
¿Se deberá la baja de su consumo a que el arroz y el fideo se imponen  en la dieta de los peruanos? ¿Será causante la pobreza del pueblo por resultar costosa la papa para sus ínfimos ingresos? La situación afecta a miles de  productores de las zonas altoandinas, entre los 1,500 y 4,500 metros, quienes se decepcionan por no tener demanda.

Resultado de imagen para papas huancavelicaIncopa hizo el esfuerzo de poner en los supermercados la t’ikapapa, una selección de yana imilla, putis, camotillo, duraznillo, qaspar, qonpis, wayro,  novia waqachi -que hace llorar a la novia- y otras; además de la moraya o chuño blanco. Se le está llamando tunta pero la gente del Sur, sobre todo de Puno y Qosqo, sabe que son distintas. Una es de papa amarga que se cocina al vapor con queso –buena acompañante de asados-, y la otra es una papa alargada y semiplana, especial para chupes, sopas o revueltos con leche y queso.
La imposibilidad de colocar en nuestros mercados populares las diferentes variedades de papa que tenemos puede dar lugar a que la papa logre mejores precios en los mercados del exterior.

Los consumidores de otros países deben reconocer a la “Papa Perú”. Una infinidad de papas nativas de  pulpas blancas, amarillas, rojas, azules, naranjas y moradas, de sabor agradable, alta calidad nutricional, buena textura, menor grado de humedad, mucha energía y proteína, alto contenido de aminoácidos esenciales, vitamina C y minerales.
La búsqueda de alimentos sanos y naturales, dice el economista Ordinola, es oportuna para su comercialización. En este nuevo tipo de introducción el agricultor debe recibir más por kilo de lo que  pagan los recolectores, “veinte centavos” el kilo en la chacra, costando más de dos soles el  mismo kilo en los mercados populares.
¡Debemos comer papa y sentir el orgullo de que es nuestra!

Alfonsina Barrionuevo

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