KUKULI Y SUS SUEÑOS DE COLORES

“CUSCO EN LOS
ANILLOS DEL TIEMPO”
Hace diez años salió a luz “Cusco en los
Anillos del Tiempo”, una novela ubicada en un colegio de señoritas del siglo
pasado cuando existían tabúes sobre la virginidad y el sexo a tal punto que
devolver a una recién casada por faltar a la castidad podía sumirla en la vergüenza pública, afectando
a su familia y a sus amistades. La protagonista, por un extraño desdoblamiento
en el tiempo vive en dos épocas, como colegiala y como la mujer superada de este
siglo. Escribirla fue un placer por las situaciones que se plantearon
irremediablemente. El fenómeno se presentaba en tardes encantadas cuando el sol
y sus oros ponían en aprietos a dos Elizas y sus preocupadas amigas. Espero que
en unos cuatro blogs puedan acompañarlas. Gracias.
Alfonsina
Barrionuevo
Página 1.
"La ciudad se
cubrió de oro solar y su magia sutil me
impulsó a caminar sobre los hombros
encorvados de la tarde, sin rumbo determinado, doblando sus veredas como
servilletas de papel. La luminosidad que la cubría invitaba a recorrer sus
calles paso a paso, saboreando recuerdos que me hacían sonreír. Su tibieza
envolvió mis hombros como un fino chal cuando comencé a pasear buscando mis huellas como si fuera descalza por
un puente de arco iris. Salí sin prisa del hostal, mirando con deleite desde su
puerta la única torre de la iglesia de Santo Domingo, con sus columnas
floreadas en espiral. Me encaminé hacia la derecha cuando, al dar vuelta a la
esquina, para enfilar a la calle Pampa del Castillo, las encontré de súbito, como
si salieran de otra dimensión. Sus risas
se escuchaban cascabeleando en el aire y sus rostros llenos de candor se
colmaron de admiración al verme.
-¡Eliza!.
Justo, hablábamos de ti.
-¿Por qué?
-Pues, porque
en tu sed de aprender te quedaste de una
pieza cuando la madre Sacro canceló la clase de anatomía.
-¿La clase de
anatomía? No entiendo-, contesté con cautela y las miré como si no las
conociera.
-Aquella de
octubre, cuando el profesor Arturo nos
iba a enseñar el capítulo que trataba
sobre el aparato uro genital. La parte más significativa de su curso para nosotras que habíamos
esperado ansiosas muchos meses, esperando el momento en que nuestros ojos se
clavaran en la pizarra.
Por un segundo
casi me da un shock. En mi interior ese pequeño músculo que es el corazón se
paralizó y luego se puso a dar saltos. ¿Qué hacían ellas allí? ¿De dónde aparecían
o es que estaba soñando? Yo me hallaba por el año 2000 en otra onda y no estaba
preparada para volver al pasado. Menos para verlas de pronto y oir algo
absurdo. Una clase sobre el aparato uro genital que era como hablar del tiempo
de las cavernas. Hoy, la palabra que se usa para tratar del asunto es material y directa, sexo. No viene envuelta en
hojas o pankas de maíz como un tamal. Hasta la gente menuda de este nuevo
siglo están de ida y vuelta en
conocimientos sobre el particular. Lo escuchan en todas partes, lo ven en la
televisión, en las revistas y hasta lo practican…........"
Página 20.

Ada y Luisa me esperaban como si
fuera responsable de los cambios. En el borde de sus ojos se mecía una flor de
inquietud.
-¿Dónde
están los Inkas de la casa de los Rosell, Eliza?
Yo
parecía una máquina de respuestas. No sabía si reír o llorar por lo que estaba
pasando. No era un sueño. Tampoco una pesadilla. Pensé en una tercera dimensión
aunque no hacia delante sino hacia atrás, donde quedó lo mejor de mi
existencia. No cualquiera sino hermosos años, sintiendo el apoyo cariñoso de
mis padres, la complicidad compartida sin preocupaciones con las amigas del grupo, sin pensar que el techo
podía caer sobre nuestras cabezas.
-¿No
están allí?
-Los
han borrado del zaguán y la pared donde estaban ha sido pintada de blanco.
También han limpiado la pileta. ¿Recuerdas que tenía macetas en su contorno y
una reja circular? Fíjate qué bonita es con esas cabezas de puma que arrojan
agua.
-Ya
sé, hace un mes o más las vimos, ¿no? Pero, piensen. ¿Cuánto tiempo no pasamos
por aquí? Además, la puerta no siempre está abierta para echarle una mirada y
no es sencillo verlos porque la gente que vive allí sólo entra y sale por la
puerta de uso diario. Debe ser un problema abrir el gran portón que en los
siglos pasados empujaban los muchachos de la hacienda para que entrara la
carroza de su patrón con los caballos.
-Tienes
razón. Me parece que no hay mucho movimiento en la casa y cuando salen cierran
la puerta.
-Ahí
está la cosa. ¿Qué estarían haciendo mientras estaba cerrada?
-Muy
fácil, la estarían limpiando, ¿no?
-¿Y para qué?
-¡Quién
sabe!. No conozco a los dueños. A lo mejor un cumpleaños, un matrimonio. Tal vez
quieren vender el inmueble.
Ellas
no tenían que saber del trabajo de restauración que había tenido la casa muy
maltratada por el abandono. Era el antiguo palacio de Pumamarka de Thupa Inka
Yupanqui. Se hizo su rescate con mucho cuidado. Las nobilísimas habitaciones
inkas lucen ahora sus muros con hornacinas, donde hace más de cuatro siglos se
colocaban objetos valiosos, y se ha dejado al descubierto su verdadero piso, medio metro más abajo que el patio rellenado por los
españoles con piedras de río Cuando se
intervinieron sus ambientes se adecuó el área del fondo para las oficinas de un
banco, los mostradores y las ventanillas de los cajeros. Felizmente no se les
ocurrió entrar.
-¿Eliza,
y esas puertas inkas delante del cuartel?
Ahora
su mirada se fue al frente de la calle.
-Mira, se parecen
a la puerta de doble jamba de Romeritos -, traté de llevar la conversación por
otro lado.
-Ya
lo sé, pero ¿recuerdas que llevaste la lata de bollos por su acera cuando tu
grupo quiso embromarte?
-Fue por delante. La acera sigue allí. Creo que después limpiaron la pared para
volverla a pintar y habrán encontrado los muros con las puertas. Ustedes saben que
toda la cuadra es del cuartel donde está el Batallón de Infantería Nº 9, y
ellos hacen lo que quieren, por algo pertenece al ejército. “Manu militare”,
querida Luisita. Siempre me despiertan con su diana. A las seis su corneta madrugadora se parece al indeseable
quiquiriquí de un gallo metálico y la
escucho todos los días. A veces me gustaría hacerla callar.
Tienes razón. Son bonitas las puertas,
¿eh?
-Se ven bien. He oído decir que este
palacio había sido el Kusikancha, "la
Casa de la Alegría", donde nació el Inka Pachakuteq. Se figuran qué
maravilla…..."
___________________________
“Cusco
e los Anillosde Tiempo”. 2,000.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario