LA HIJA DE KUSIRIMAY
El viejo
Juan Diez de Betanzos desnudó la espada
para atravesar el corazón enamorado de su hija María Diez de Betanzos
Yupanki. Su huída del convento donde quería que tomara el velo de monja causó
revuelo en el Qosqo por su ascendencia. La furia del cronista oficial se hizo
notar en el Qosqo. No podía pedir a las milicias del virrey que fueran a buscar
a la joven. En esos tiempos los padres decidían la vida de los hijos y ella
debía haber obedecido su decisión al recluirla. Lo que quedaba era casarla y él
no aprobaba un matrimonio que apagara su vergüenza.
Su reacción
para castigarla fue desheredarla y nadie aprobó esa medida. Su madre Kusirimay,
nieta del gran Pachakuteq e hija de Wayna Qhapaq, era dueña de muchos bienes.
Mal podía disponer Betanzos de la herencia de su esposa, un oscuro soldado a quien
ella ayudó para escribir la crónica “Suma y Narración de los Inkas”.
Fue peor
para él devolver a su hija los bienes que le pertenecían ante el reclamo de sus
parientes. Finalmente buscó la conciliación y perdonó sus amores.
SANTIAGO DE CHUCO Y VALLEJO
En los últimos años los niños se han
apoderado de la fiesta del Apóstol Santiago, el Mayor, en Santiago de Chuco, La
Libertad. Hay pallos y quiyayas de corta edad que lucen una sonrisa graciosa en
las caritas aterciopeladas con piel de durazno. Los mayordomos y los maestros
han logrado, con acierto, trasladar a los pequeños el entusiasmo de los grandes,
para que las tradiciones no se pierdan. Ellos cumplen en cierta forma el sueño
de César Vallejo, su ilustre paisano, que quería ser en su infancia
estandartero del santo patrón, según contaba su amigo, el periodista Ernesto
More.
El recuerdo inolvidable de aquellos
tiempos se deja sentir en un poema donde el poeta lo menciona. "Luce el Apóstol en su trono, luego; /y
es, entre inciensos, cirios y cantares, /el moderno dios sol para el
labriego."
Así se ve en su iglesia, presidiendo
la nave desde su altar, antes de salir a la plaza y recorrer las calles con
gran acompañamiento hasta entrada la noche donde hay una serenata con artillería
mágica de colores.
El 25 de julio de cada año Santiago de
Chuco se viste de fiesta para celebrar a su santo patrón en las faldas del
cerro Andaymarka. Los santiaguinos afirman que fundó el pueblo, aunque los
papeles digan que lo hizo el capitán de milicias Diego de Serna el 25 de julio
de 1610 y que sus primeros vecinos fueron gallegos.
Según afirman aquello pasó en el
Pueblo Nuevo. Pero en cuanto quisieron la imagen esta regresó una y otra vez a
la pampa de Shirag, donde creció el pueblo porque así lo quiso.
En ciertas noches sale en su corcel de
viento haciendo chispear el empedrado del
cielo. El santo patrón que gobierna con benevolencia la vida espiritual
de sus devotos es uno de los vívidos recuerdos en la obra del poeta donde
menciona a Dios como si fuera un buen amigo.
Si regresara encontraría a Santiago de
Chuco como la llevó en las retinas del alma. Sus mismas calles en posición de
oruga, su misma languidez de adobe, su mismos aleros de rejas donde se columpia
la lluvia, sus mismos árboles abuelos, sus mismos trigales arropando la
mansedumbre de los campos, su mismo cielo retozón, su mismo sol chiquillo
chapoteando con los pies descalzos en los charcos.
Desde el 15 los novenantes llevan al
Inter, una pequeña réplica de la imagen
titular, a su casa. Allí preparan un altar y sirven café con las
tradicionales tajadas: bizcochos, bizcochuelos, pastelillos y dulces de maíz.
Al día siguiente los devuelven a la iglesia con banda de músicos y quema de
cohetes. Otros se encargarán de festejarlo sucesivamente hasta el veinticuatro,
en que se inicia la fiesta grande al bajar la imagen de su trono del altar
mayor.
Al día siguiente sale a recorrer las
calles entre una algarabía de petardos y campanas, acompañado por las bandas de
mojigangas que tanto atraían a Vallejo. Un suceso que se vuelve a repetir en la
octava o segunda fiesta. En la iglesia el Apóstol está radiante, en traje de
terciopelo bordado con hilos de oro y plata recamado con piedras.
Los fieles prenden en su manto
billetes que irán aumentando a medida que se acerque el 1º de agosto en que
hace su segunda salida
De niño el poeta soñaba con ser su
estandartero. Hoy lo es del Perú a nivel mundial y llegará el tiempo en que los
turistas lleguen en doble peregrinaje a Santiago de Chuco. Por él y por el
santo que sacude la modorra del pueblo y lo hace vibrar.
Alfonsina Barrionuevo
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