MANO DE PUMA VEGETAL
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Foto: Fernando Moscoso Salazar |
En los surcos de
Q’orqa, en este caso, encontró una papa que reproduce su mano o pata. Un
capricho en el que ella muestra sus dotes de artista. En la forma, volumen y el trazo y el color dela cáscara entre
negruzco y claro fue precisa, como se ve en las fotografías que le tomó el
periodista. Tras su nombre: Puma Maki, “mano de puma”, “Solanum tuberosum ssp andigenum”, hay un rugido majestuoso.
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Foto: Fernando Moscoso Salazar |
Agrega que esta variedad es de sabor agradable y de
buen rendimiento. Se le descubre en alturas, una de las tres mil quinientas que
tenemos en el Perú. Se cultiva en áreas pequeñas de Cusco, Apurímac, Ayacucho y
Huancavelica, entre 3,000 y 3,900 metros sobre el nivel del mar. Hasta hoy
conserva sus características fenotípicas y sus flores violeta, de caliz verde
con manchas blancas abren sus capullos, como diciendo “listas para nacer”.
¡Una primicia ancestral de los Andes!
EL FIN DE LOS GLACIARES
Desde la
plazoleta de San Cristóbal o Qolqanpata Fernando Moscoso Salazar, un observador
apasionado de la naturaleza, nos muestra el Ausanqati, nevado tutelar de Cusco.
A la lejanía levanta su orgullosa testa y muestra su altiva gorguera alba,
vigilante, mientras abre las alas de roca en demostración de que protege
la capital del Tawantinsuyo.
La
otrora grandiosa ciudad puma de los Inkas reposa a su sombra. Pero, el
nevado ya no ostenta su misma área de impresionante blancura y no se sabe
si mantiene sus corredores de luz. Lo aprecié, un buen tiempo atrás, cuando fui
a verle con Wayta María Rosales. Nuestros guías de la comunidad de K’inti,
Ocongate, observaron que la nieve se había retirado bastante aunque no
podían explicarse qué había pasado. Ese día la laguna de Otorongoqocha, “la
laguna del jaguar”, me regaló una procesión de estrellas que salían entre sus
algas verdes y se convertían en puntitos de luz al llegar a su límpida superficie.
Fue un
regalo de la laguna, me dijeron ellos. El señor Ausanqati estaba contento
porque le había hecho una ofrenda; y, también la mamaqocha, donde Illapa, el
rayo, guarda las semillas de los alimentos. Tengo una grabación en video para
probarlo. Unos ocho años después los ukhukus, paulitos o pabluchas, sacerdotes
andinos, kuraq akulleq y altomisayoq decidieron que no bajarían bloques de hielo
a sus espaldas para los peregrinos de Qoyllur Rit’i.
Ellos
saludaron todavía a medianoche al Qolqe Punku, el nevado de la Puerta de
Plata, por donde entra una potencia cósmica, la energía que irradia Qoyllur, la
estrella de las princesas inkas. Pero, sólo rasparon la nieve que había
caído en las noches pasadas para que aquellos cumplieran con sus ritos de purificación. Limpiar su cabeza y su
cuerpo de los pesares, el desaliento, el abuso, la prepotencia, las ofensas, la
envidia, el encono, sufridos en los doce meses pasados y recibir la esperanza
de días buenos para ellos, sus hijos, sus ganados y sus campos, en el año que
va CAMINANDO.
No sé
cómo serán los que vendrán. La nieve se sigue alejando no sólo de Qoyllur
Rit’i, uno de los lugares de peregrinaje más concurridos del mundo. Al pasar en
avión sentí una sensación de tristeza indescriptible al contemplar a diez
minutos de Cusco, al Salqantay, mi querido Apu, que siempre luce
una blancura impoluta, ahora con partes desfiguradas, donde asoman desgarraduras
de roca.
El
calentamiento global sigue afectando a nuestras cordilleras tropicales
que parecían de nieves perpetuas. Los estudiosos lo han estado advirtiendo pero
mientras no cesen los habitantes del planeta en su insistencia por ignorar el
problema las continuaremos perdiendo.
Hace unos
tres años se reunieron en Cusco geólogos de medio mundo para debatir
sobre el problema. El majestuoso Qelqaya, también de la región, según resalta
el medio virtual “PrensaContacto” que
envíó César Alberto Venero Torres, de 5,500 metros de altura, en un área
de cuarenta y cuatro km2 de extensión en la Cordillera del Vilkanota.
El
Congreso que fue organizado por la
Sociedad Geológica del Perú presentó también investigaciones sobre
riesgos geológicos, vulcanismo, estado de recursos naturales hídricos que están
bajando de nivel hasta cuatro metros de profundidad, minerales, gas e
hidrocarburos, entre otros temas.
Mostrando
cierto optimismo José Macharé Ordóñez, Phd en Ciencias de la Tierra, Presidente
del XV Congreso Peruano de Geología y especialista en cambio climático, afirmó
que no nos quedaremos sin agua porque los glaciares se derritan. En realidad,
la crisis de falta de agua se debería al crecimiento poblacional, descartando
lo que se viene especulando respecto del impacto del decrecimiento de los
glaciares. Para los científicos era muy importante llegar a entender y explicar
las modificaciones del clima, así como lograr que los pueblos comprendan como
estos cambios afectan su vida y actividades, para que tomen diversas
previsiones.
En los
glaciares ocurrieron hace cientos de miles de años cambios en la temperatura.
El promedio en la sierra estuvo entre 5º y 10º centígrados menos que la actual.
Entonces se estuvo en un periodo cálido, pero después el planeta se dirigió a
tiempos más cálidos de lo que correspondía a la curva natural de calentamiento,
hasta que empezó una nueva glaciación. El que fue causado por varios factores
que el hombre alteró y que no estaban antes. Una grave situación para muchos
empresarios que comenzaron a formular planes para colonizar el espacio sideral.
Algo que parece una locura.
Aunque
los multimillonarios creen que poniendo sus euros o dólares uno sobre otro
podrán lograr un nuevo lugar para vivir, un planeta o una estrella para seguir
una existencia muelle, eso no es fácil. El destino que le aguarda a la
humanidad, culpables, irresponsables o inocentes, es el mismo si nuestro
querido planeta se torna inhabitable y arroja a los intrusos que recibieron un
paraíso para convertirlo en un infierno.
Alfonsina Barrionuevo
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