domingo, 30 de noviembre de 2014

ALIMENTOS QUE SE QUEJAN AL CIELO

El padre Jorge Lira, párroco de Quispicanchis y gran conocedor del alma qechwa, decía que: “la hoja de coca vive, el grano de maíz vive, el cerro vive, la tierra vive, y en la mente de nuestro pueblo tienen además conciencia…”
En la revista “Kay Pacha”, 1982, la investigadora Rosalind Gow mencionaba un relato de Bernabé Conde”, sobre lo que dijo la Pachamama en tiempos aurorales:
 “Yo soy la santa tierra, la que cría, la que amamanta, Pacha Tierra, Pacha Ñust’a. Pacha virgen soy..” y agregaba Conde que su pelo crece. “Es el pasto para los animales…”
El altomisayoq Mario Cama decía que si los alimentos son maltratados suben al cielo para quejarse y entonces pueden faltar. Por eso la gente andina nunca los arroja a la basura, siempre se sirve lo necesario, porque dan vida y pueden sentir que lo desprecian e irse.
En Ica un hijo de esas tierras encontró en su camino a un noble anciano que se marchaba llorando del lugar. “Soy el padre pallar –le dijo- y me echan de su mesa mis hijos. Por eso he decidido irme.”
Alarmado de que nunca tuvieran el delicioso pallar el hombre le suplicó que volviera, que él hablaría con los demás para que fuese amado, como debía ser…”, y el padre pallar regresó.     
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Notas del libro “Hablando con los Apus” de Alfonsina Barrionuevo



EL MAR SUBE EN EL MUNDO
                   
En próximos días Lima será sede de la COP20, reunión a nivel mundial para advertir sobre los cambios climáticos y la necesidad de  tomar acciones. El presente artículo publicado hace algunos años cobra actualidad.
         
En épocas antiguas, hace millones de años, los cambios climáticos hicieron desaparecer a los dinosaurios. Hoy, los cambios  que se registran en las últimas décadas hacen pensar, según el metereólogo Mateo Casaverde y otros científicos, que a  lo mejor estamos en una víspera del fin de nuestra era.
La declaración es grave y parece exagerada. Los gigantes antediluvianos no fueron causantes de su extinción. Sería lamentable que la humanidad, con todos los adelantos logrados, pierda sus jardines del paraíso en un tiempo que no será como se creía, 100 o 50 años. Los países desarrollados que son las minorías, agregan los científicos, tienen la responsabilidad.

La Tierra está acusando efectos devastadores que no se toman en cuenta. Generalmente por falta de mayor información o por minimizar la noticia de desastres que surgen cuando menos se espera. Es increíble, pero en el mundo y en nuestro país las precauciones son casi nulas.
Cada año se recuerda en el Perú la necesidad de drenar los ríos que se colmatan al transcurrir los meses pero los trabajos no se realizan a  tiempo. Urge reforestar la cuenca del Rímac pero se deja pasar hasta que los aluviones barren campos de cultivo, propiedades y tramos de carretera.

Se conocen los fenómenos y se olvidan. La preocupación del estudioso Mateo Casaverde, que fue  Director del Instituto Geofísico del Perú, viene de nuevos efectos por los cambios climáticos
Un artículo del norteamericano Andrew Thomson, de la Universidad de Ohio, USA, calculaba un plazo de cincuenta a cien años antes de que el calentamiento global representara un peligro. Sin embargo en setiembre del 2002  se comenzaron a adelantar los pronósticos cuando apareció  en el Atlántico un “río” de agua dulce provocado por grandes masas de  hielo polar derretido. Se creía así mismo que en un futuro lejano habría inviernos muy frígidos en Norteamérica y Europa, pero ya se están produciendo.
En el 2004  el inglés  David King, de la oficina del Ministro Tony Blair,  expuso la catástrofe mundial que se venía planteando que era necesario prepararse. En la revista “Sciencie” escribió el resultado de sus trabajos y concluyó que “en mi opinión el cambio climático global es el más severo problema que afronta la humanidad actual.”   

A su vez, Andrew Marshall, de la Office of Net Assessment de los Estados Unidos de Norteamérica, explicó como el derretimiento de los polos y los glaciares en el mundo generarán el desastre climático global más serio  de la historia escrita al perder la corriente del Golfo (cálida) la capacidad de mantener  alejados a Norteamérica y Europa de un congelamiento permanente, que mantiene en gran forma  el equilibrio climático global como lo conocemos.
“El derretimiento de los glaciares en el Perú es patente, dice  Thomson: en 1954 un DC3 de TAM se estrelló en el glaciar Yerupajá. Cuando localizaron el avión siniestrado sólo se veía la punta del timón de cola que desapareció  bajo la nieve. Hace unos años andinistas descubrieron  que en gran parte se había derretido y los restos del avión se podían ver.

Si los glaciares de la cordillera de los Andes continúan perdiendo nieve, agrega Mateo Casaverde, en menos de veinte años según Thomson bajarán los caudales del río Santa afectando poblaciones y campos de cultivo. Otro tanto se puede decir del río Willkamayu, en Cusco.
Al respecto tendremos otros desastres naturales, deslizamientos, erosiones, aluviones, por la orografía de nuestro suelo. Casaverde señala que los problemas se magnifican en nuestro país debido a sus 240 cuencas y subcuencas donde se generan estos fenómenos geológicos.

“Ahora, continúa Thomson, se producen incendios forestales en zonas que siempre fueron húmedas en Alaska,  huracanes con fuerza y frecuencia jamás vistas en el Caribe.”
Gracias a fotos satelitales de 1973 a 2003 Andrew Marshall comprobó objetivamente que el 40% del Polo Norte se ha derretido en sólo 33 años, y que el proceso está más acelerado con todas sus brutales consecuencias.
Es curiosa la posición de los científicos auténticos y los científicos “oficiales” en cuanto a sus declaraciones. En el Polo Sur el glaciar de Larsen A se desprendió sorprendiendo a todos. Pero los “oficiales” rápidamente dijeron  que no importaba porque había estado conectado al Polo Sur más o menos 10,000 años. Agregaron que el glaciar de Larsen B que estaba detrás nunca se derretiría. Pero el año 2003, este glaciar de 600 km2 aproximadamente de superficie, se rompió y se deslizó hacia el mar. Los “oficiales” afirmaron que se derretiría en seis meses pero fueron apenas 35 días.

Se estima que el nivel de los océanos crecería entre 6 y 7 metros. “¿Se imaginan que significaría para La Punta, Callao, y también islas, puertos y otras ciudades del litoral?,” vuelve a preguntar Mateo Casaverde.
De suceder,  territorios de la actual Europa del Norte quedarían  bajo una capa de hielo de varios cientos de metros de espesor, y el norte de Estados Unidos e Inglaterra pasarían a tener el clima de la actual Siberia.
Al existir además de la corriente del Golfo  otras corrientes marinas, como la del Humboldt en el Perú, es probable que su costa se volvería en una selva tropical, con heladas constantes en la puna. La Amazonía sería un pajonal con algunas áreas verdes en las cuencas de los ríos de  origen ecuatorial. El clima del planeta sufriría otros cambios radicales que durarían alrededor de 9000 años.

“De acuerdo a últimas investigaciones el cambio climático radical global empezaría a producirse pronto y sería muy rápido. La raza humana está advertida por los científicos, dice Mateo Casaverde. Tenemos que ser realistas.  Los pronósticos pueden parecer fatales pero no tienen fines alarmistas. El propósito es obtener una reacción de los gobiernos.”


Alfonsina Barrionuevo

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