domingo, 23 de noviembre de 2014


EL APU POTOSI BOLIVIA ES GRINGO

En una de las sesiones que tuve con los Apus y Pachamamas, la mamita del Waqaypata Qosqo dijo que el Apu Potosí Bolivia era gringo.
Me pareció tan raro que quise una mayor explicación.
-¿Por qué dices que es gringo? –pregunté con curiosidad.
-Te lo dirá él mismo. Ya está aquí.
Al mover sus alas desordenó un poco mis cabellos.  Dio unos pasos sobre la mesa y escuché su voz potente diciendo mi nombre. Yo estaba con la mano sobre la grabadora y la empujó ligeramente.
-¿Cómo eres señor?
-Mis plumas, hija, son azules. Mi cuerpo es de aire, pero cuando estoy frente a un nevado tiene los colores del arco iris. Te diré quie soy alto.
-¿Por qué te dicen gringo? Pareciera que tienes algo de americano, inglés o noruego.
-¡Es una broma! Me dicen gringo porque soy como los albinos, tú sabes que soy de plata. ¡Servida!
-¿Qué más me puedes decir de Potosí Bolivia? -me dirigí a la mamita del Waqaypata.
-Además de alto es un poco delgado. Tiene sus pantorrillas más o menos gruesas. Sus plumas son como un ropaje que le cubren el cuerpo y los brazos. Sus manos son como seda. Tiene la cabeza un poco plana. Sus ojos son muy brillantes. Su pelo no es rubio sino blanco, sólo la parte de atrás. Tiene pico parecido al del cóndor pero menos curvo, no es cóndor. Wallpnikun waway. Los cóndores son nuestras gallinas.
Los Apus y las Pachamamas me dijeron más de una vez que ellos no tienen forma, son pura energía, sólo luz. La descripción fue sólo para mí, para que los distinguiera de alguna manera. En los próximos blogs iré dando descripciones de ellos tal como quisieron que los reconociera.

Una vez que Mario Cama recibió su mesa, es decir el poder para convocarlos, le dijeron que tenía que trabajar sin cobrar durante dos años. Nicolás Janco, su maestro, le indicó que su centro iba a ser Santa Teresa, provincia de La Convención. Así fue. Cuando no tenía ya ni zapatos los llamó y…
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Notas del libro “Hablando con los Apus”, de Alfonsina Barrionuevo.





               MIRADOR DEL SOL EN KILLARUMIYOQ  

Los privilegiados espectadores que asisten a una salida del sol en Tres Cruces, del tamaño de una catedral en Paucartambo, a unas cuatro horas de Cusco, se preguntan si es una ilusión visual, un juego de las nubes y el astro para obnubilar su mirada y prender una hoguera en el interior de sus pupilas.
Francisco Hernández Gamarra, gran pintor y compositor cusqueño, se figuró que el Inka y sus sacerdotes iban hasta allí para saludar al astro rey y así los inmortalizó en un lienzo. Siguiendo sus huellas centenares de peregrinos se dirigen en junio hasta el lugar para gozar de una radiante salida solar si tienen suerte, pues, no siempre aparece.
Su fama será compartida de ahora en adelante con Killarumiyoq, a menos de una hora de la Ciudad Imperial, 46 kilómetros, en la provincia de Anta, donde se puede observar un fenómeno semejante. El descubridor de este segundo mirador, en un escenario de indescriptible encanto, es Fernando Moscoso Salazar, estudioso de nuestra cultura ancestral  y caminante empedernido.

En uno de sus recorridos por alturas inéditas encontró una primicia. El astro llenando el horizonte como un disco llameante de tamaño colosal, que fue abriendo cortinas de celajes mientras subía hasta alcanzar el infinito. Su sorpresa fue inmensa porque no podía imaginarlo tan cerca de Cusco y en un lugar que demuestra una sacralidad inka especial.   
Conversando con él explica que hay grabado en un gigantesco bloque de roca caliza un calendario astronómico y agrícola que es conocido por las comunidades de los alrededores como Killarumiyoq, “la luna de piedra”. La grabación, hecha por canteros inkas que se esmeraron en un primoroso trabajo, es de buen tamaño reproduciendo siete estrellas en un medio  arco con siete lajas. 
Según dice el espectáculo se complementa con un movimiento que efectúa el sol más o menos al promediar las ocho horas del 21 de junio. Sucede cuando se ubica con todo su esplendor sobre el cerro Muyu Orqo y orienta sus rayos hacia el semicírculo pétreo.
“Una observación prolija, menciona Fernando Moscoso, permite apreciar el ángulo inscrito en el interior del calendario marcando el inicio del solsticio de invierno. Al mismo tiempo ilumina la figura de un hanphatu o sapo gigante de piedra que está al frente, a unos pasos. Como se sabe el batracio está relacionado con la agricultura dentro de la cosmovisión andina. Está por averiguar qué pasa si le da de lleno, de un costado u otro. Eso lo conoce la gente del distrito de Ankawasi donde se encuentra el mirador.”

La salida del sol en Paucartambo deslumbra por la forma en que aparece el sol en el espacio estelar con giros, aperturas entre las nubes y celajes, con la posibilidad de ver las estrellas brillando sobre la sábana neblinosa de la amazonía, pues, Tres Cruces es una de las últimas atalayas del Ande, con un miraje espectacular. No hay noticias sobre algún indicio que indique si el año será lluvioso o seco.

En el caso de Killarumiyoq parece que se llegó a determinar si sería bueno o problemático al coincidir con el calendario astronómico y agrícola tallado en la piedra para captar un mensaje sideral.
El sitio donde se encuentra este mirador sobrepasa los 4,000 metros de altura y el frío es intenso. El fenómeno astral  comienza, según dice el connotado periodista, a partir de las 5 a.m. cuando los celajes invaden el cielo con un hermoso color dorado, rojizo y azul en  tonalidades admirables.
A las 6 a.m. el astro rey aparece como un disco gigante incandescente que envuelve al observador en un manto místico, momento en el cual recibe su energía cuidando de mirarle por supuesto. Luego viene lo demás, como si se diera una clave solar sobre la media luna blindada en el granito.
Espero acompañarle para el próximo solsticio de invierno. Cusco es una caja de sorpresas y vale la pena un viaje para recibir su fuerza y disfrutar con las escenas que se suceden unas a otras. Al volver debe ser emocionante sentir que su fuego corre por las venas en una avalancha que renueva la vida.
Después estaremos preparados para conocer las maravillas de un nuevo circuito turístico en Anta, luego de asistir a otro “nacimiento” del sol.
Killarumiyoq es una parte de un santuario inka en el distrito de Ankawasi que comprende un recinto dedicado al rayo y al arco iris, una phaqcha o caída de agua que proviene del cerro de Soqomarka y el muro de Qaqawasi de estilo poligonal almohadillado. Una parte de otras maravillas que se pueden ver con la guía de Rina Vargas Uscamayta.

Alfonsina Barrionuevo    

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