LA
DESGLACIACION AVANZA
El oleaje del mar golpea en las playas
pedregosas de La Punta, Callao, Lima. La vista es familiar para sus vecinos. Nadie
nota que ha subido de dos a tres centímetros. ¿Se imaginan qué pasaría si llega
a sobrepasar siete metros?.
Hace
millones de años, los cambios climáticos hicieron desaparecer a los
dinosaurios. Hoy, estos cambios hacen pensar, según el metereólogo Mateo
Casaverde y otros científicos, que a lo mejor estamos en la antevíspera del fin de nuestra era.
La
declaración es grave y parece exagerada. Los gigantes antediluvianos no fueron
causantes de su extinción. Sería lamentable que la Humanidad, con todos los
adelantos logrados, pierda sus jardines del paraíso en un tiempo que está a la vuelta de la esquina. Los países
desarrollados que son una minoría, agregan los científicos, son los
responsables directos.
La
tierra está acusando efectos devastadores
que no se toman en cuenta. Generalmente por falta de mayor información o por
minimizar la noticia de desastres que surgen cuando menos se espera.
Es
increíble, pero en el mundo y en el Perú las previsiones son casi nulas.
Cada
año se recuerda la necesidad de drenar los ríos que se colmatan en los meses de
lluvias y de reforzar las defensas ribereñas, pero los trabajos nunca se
realizan a tiempo. Urge reforestar masivamente las cuencas hidrográficas, pero
tampoco se hace, hasta que las llokllas o avalanchas nos recuerden esta tarea
pendiente.
La
preocupación del estudioso Mateo Casaverde, quien fue director del Instituto
Geofísico del Perú, viene de observar los nuevos efectos de los cambios
climáticos que están aumentando en frecuencia e intensidad.
CALENTAMIENTO GLOBAL
Un artículo del estadounidense Andrew
Thomson, de la Universidad de Ohio, precisa que se calculaba un plazo de
cincuenta a cien años antes de que el calentamiento global fuese peligroso. Sin
embargo, en setiembre del 2,002 comenzaron a adelantarse los pronósticos cuando
apareció un “río” de agua dulce en el Océano Atlántico provocado por grandes masas de hielo polar derretido. Se creia, así
mismo, que en un futuro lejano habría inviernos muy frígidos en Norteamérica y
Europa. Pero ya se están produciendo.
En el 2004 el inglés David King, de la
oficina del Primer Ministro Tony Blair, expuso que era necesario prepararse
ante la catástrofe mundial que se venía perfilando. En la revista “Sciencie”
escribió el resultado de sus trabajos y concluyó: “En mi opinión, el cambio
climático global es el más severo problema que afronta la humanidad actual.”
A su vez Andrew Marshall de la Office of
Net Assessment de los Estados Unidos, explicó como el derretimiento de los
polos y los glaciares en el mundo generarán el desastre climático global más
serio de la historia escrita al cortar a la corriente del Golfo (cálida) su
capacidad de mantener alejados a Norteamérica y Europa de un congelamiento
permanente, que mantiene en gran forma el equilibrio climàtico global.
“El derretimiento de los glaciares en
el Perú es patente, dice Thomson. En 1954, (un avión) DC3 de TAM se estrelló en
el glaciar del Yerupajá. Cuando localizaron el avión siniestrado se veía la
punta del timón de cola que desapareció bajo la nieve del glaciar. Pero hace unos
años, andinistas descubrieron que en gran parte el hielo se había derretido y
los restos del avión estaban expuestos a la vista por primera vez.”
“Si los glaciares de la Cordillera de
los Andes continúan perdiendo nieve, agrega Mateo Casaverde, en menos de veinte
años, según Thomson, bajarán los caudales del río Santa afectando poblaciones y
campos de cultivo”. Otro tanto se puede decir de todos los ríos interandinos.
Al respecto tendremos otros desastres naturales como erosiones, deslizamientos,
aluviones, por la peculiar orografía de nuestro suelo. Casaverde señala que los
problemas se magnifican en el Perú debido a sus 240 cuencas y subcuencas, donde
se generan estos fenómenos geológicos.
“Ahora, continúa Thomson se producen
incendios forestales en zonas que siempre fueron húmedas en Alaska, huracanes
con fuerte frecuencia jamás vista en el Caribe. Incluso, por primera vez en la
historia el norte brasileño fue azotado por un huracán.”
Gracias a fotos satelitales de 1973 a
2003 Andrew Marshall ha comprobado objetivamente que el 40% del Polo Norte se
ha derretido en sólo 33 años, y que el proceso está más acelerado en la
actualidad, con todas sus brutales consecuencias. Paralelamente, en los Andes
peruanos, se ha comprobado la pérdida de un 35% de la masa de los glaciares. Es
curiosa la posición de los científicos auténticos y los científicos “oficiales”
en cuanto a sus declaraciones. En el Polo Sur el desprendimiento del glaciar
Larsen A sorprendió a todos. Pero “los oficiales” rápidamente dijeron que no
importaba porque había estado conectado al Polo Sur más o menos 10,000 años.
Agregaron que el glaciar Larsen B que estaba detrás nunca se derretiría. Pero
en el 2003, este glaciar, de aproximadamente 600 km2 de superficie, se rompió y
se deslizó hacia el mar. Entonces, “los oficiales” afirmaron que se derretiría
en seis meses, pero fueron apenas 35 días, elevando el nivel de las aguas de
los océanos del mundo.
Eso no es todo. Otra masa llamada
Glaciar de Ross se ha fracturado y elevado el nivel del agua en las costas de
los países que están junto al mar. En general, se estima que el nivel de los
océanos crecería entre 6 y 7 metros. “Eso sería terrible para La Punta, Callao,
Lima, y también para las islas, puertos
y otras ciudades del litoral,” reitera el ingeniero Mateo Casaverde.
De suceder, territorios de la actual Europa
del norte quedarían bajo una capa de hielo de varios cientos de espesor; y el
norte de los Estados Unidos e Inglaterra pasarían a tener el clima de la actual
Siberia.
Al existir, además de la Corriente del
Golfo otras corrientes marinas, como la de Humboldt en el Perú, es posible que
la costa se tornaría en una selva tropical pero con heladas constantes en la
puna. Entre tanto, la Amazonía pasaría a ser un pajonal con algunos lunares
verdes en las cuencas de los ríos con origen ecuatorial. El clima del planeta
sufriría otros cambios radicales que durarían alrededor de 90,000 años.
“De acuerdo con las últimas
investigaciones, el cambio climático radical global empezaría a producirse
dentro de tres a cinco años y sería muy rápido. La especie humana está
advertida por los científicos”, dice Mateo Casaverde. “Tenemos que ser
realistas y previsores. Los pronósticos pueden parecer fatales, pero no tienen
fines alarmistas. El propósito es obtener una reacción de los gobiernos, si
queda tiempo.” Todos estamos advertidos.
Alfonsina
Barrionuevo
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