martes, 1 de junio de 2021

 LA RIQUEZA DE LOS ANTEPASADOS

La propuesta de Pedro Castillo es buena. A la par que el turismo externo los niños y los jóvenes deben ser protagonistas de un turismo interno y recorrer el Perú. Hay que considerar como a la riqueza material la recuperación de la riqueza espiritual de los antepasados,  aquella que enseña la historia y que se ignora y se olvida cuando es básica para configurar una real identidad, lo que se llama el orgullo de ser peruanos.

Los niños y los jóvenes deben hacer un turismo nacional con el apoyo del sector para que puedan desplazarse en nuestro territorio. Tenemos un hermoso país con todos los climas de la tierra, con ochenta y cuatro pisos ecológicos, vastas regiones que van del mar a las nieves eternas y de allí a la inmensidad de la selva. Ellos  deben ver y admirar  lugares privilegiados donde florecieron una infinidad de culturas.  Lugares  donde sus antiguos habitantes cuando no tenían qué colocar en su mesa domesticaron cientos de especies alimenticias, removieron montañas para abrir caminos y construir edificios, la piedra conmovida por el calor de sus manos adquirió ligereza, el barro cogió las voces del viento y el mineral alzó vuelo, tornándose ingrávido.

Los niños y los jóvenes inicialmente deben empaparse primero de peruanidad con lo que tienen en su provincia, para luego descubrir y asimilar con lo que hay en las otras, Caral, Kuelap, Vikus, , Moche,Chanchan, el Brujo y la dama de Cao, los señores de Sipán y Sikán , Phuruchuku, Pukllana, Pachakamaq, Naska, Machupiqchu y Sillustani, entre otras,  incluyendo las innumerables bellezas naturales que se distribuyen pródigamente en nuestro suelo. Riqueza histórica que debe volver a la currícula escolar  actual en la cual la historia está disminuida, tan venida a menos en la educación. Hay que volver a darle el lugar magno que se merece. Bien lo resaltó el periodista Hernán Velarde en el prólogo de mi libro ‘Cusco Mágico’:  Había que hacer primero lo que tú hiciste: amarlo hasta la tortura y para amarlo, conocerlo; divulgarlo y para divulgarlo, sentirlo. Sólo en el fondo de ese amor podía ser hallada la mina de odio puro, conque se unieran de nuevo las partes destrozadas de Inkari.

Alfonsina Barrionuevo


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