domingo, 3 de abril de 2016

SAQSAYWAMAN “VIVO”       

Iluminadas de noche las murallas en zig zag de Saqsaywaman dan una visión alucinante. El colosal frontal pétreo ofrece una sucesión de trazos geométricos en luz y sombra que es única. El turista corriente admira la iluminación que destaca su magnificencia. No tiene idea de que Saqsaywaman es más que un conjunto de piedras ciclópeas realmente de dimensiones colosales que les hizo decir a los españoles que era obra del diablo.
Quien revela la calidad grandiosa de su arquitectura es el Inka Garcilaso, quien años antes de partir para España, recorrió la ciudad construída en lo que viene a ser el Hanan Qosqo, “el Cusco de arriba.” Sus dimensiones son tan increíbles, con calles subterráneas, aposentos, templos, lugares de ofrenda, que sin llevar un guía experimentado que conozca sus quiebres el osado podría perderse y no ser encontrado jamás.

En la guerra de la resistencia Manko II eligió la urbe descomunal para distribuir sus tropas, señalando los sitios en que estarían los soldados de sus aliados. Los españoles jamás hubieran podido vencerle, cayendo a los pies de sus pisos soberbios. Tenía que ser la ambición de Paullu Inka, que quería ceñirse la borla imperial, quien les sugirió la forma de hacerla caer.   
La ciudad era abastecida con el agua que se depositaba en un gigantesco estanque en la parte posterior, bastante distante. Si cortaban el precioso elemento los miles de guerreros fieles al Inka no podrían resistir el asedio más de dos días. Así lo hicieron y el Inka tuvo que retirarse hacia el Valle Sagrado para rehacerse en el interior de sus sagradas montañas, en Willkapanpa, según dicen, donde halló la muerte a mano de sus enemigos que se acercaron como amigos, aduciendo haberse separado de los Pizarro. Aunque, esa es otra historia.
Saqsaywaman, según declaraciones de arqueólogos peruanos y extranjeros es la obra más espectacular inka por el tamaño de sus bloques y la forma como están dispuestos, que un cuchillo no podría pasar entre sus junturas.
Hace algunos años la Dirección Regional de Cultura de Cusco logró quitar los escombros y recuperar el famoso estanque que surtía de agua a sus habitantes. El trabajo que se hizo fue minucioso y arduo. Sólo faltaba devolver su espejo líquido para que los visitantes pudieran contemplar con deleite el sector. Sin embargo, sucesivas invasiones lo destruyeron.
Los daños fueron lamentables pero aún puede levantarse Saqsaywaman del polvo. Los españoles se llevaron gran parte de sus piedras para edificar sus iglesias y mansiones; y lo desmantelaron para que los descendientes de los Inkas no intentaran devolverle su esplendor y fuerza.

Quienes lo visitan ahora creen que es todo lo que ven. Sus barrios están casi intactos y en los últimos días se descubrieron algunos aposentos subterráneos. La demostración de un Saqsaywaman “vivo”. Cómo podría darse en concesión para hoteles de cuatro y cinco estrellas las zonas aledañas cuando allí hay mucho por descubrir. Hay que sacar los desmontes y limpiarlo. Los cusqueños y los peruanos de hoy, menos todavía los gobiernos y las empresas extranjeras, conocen la historia y los planos vueltos a trazar de Hanan Qosqo, conocido como Saqsaywaman en las primeras décadas del siglo XX. Se afirma que hay veinte proyectos para lujosos hoteles y restaurantes en sus cercanías. Quizá sólo sea de buscar un sitio más al fondo, donde después de una prospección de los arqueólogos se pueda asegurar que no se  arrasará lo que existe todavía.   

Su nombre no es Saqsaywaman, decía el insigne estudioso Manuel Chávez Ballón, que dedicó su vida al Cusco en los últimos años, después de haber recorrido mucho el Perú. Es Saqsa Uma, “cabeza jaspeada,” haciendo alusión al diseño que le dio el Inka Pachakuteq. Los hoteles que se quiera construyan debe ser lejos, donde no disturben la paz que se siente ni ocasionen destrozos. 

Hay que buscar lugares altos para que solamente sean miradores y, ofrezcan una visión emperadora, desde Tanpumachay, Q’enqu que sería el legendario templo de Mantukalla, Kusilluchayoq, Salunniyoq que es la matriz de la Pachamama y otros de gran sacralidad.
Alfonsina Barrionuevo

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