ALBERTO BENAVIDES DE LA QUINTANA
“… los Andes son de plata, pero
el león, de oro…”
El
poeta José Santos Chocano se equivocó en su poema “Blasón”. Los Andes son de oro, de plata y de cobre, la gran trilogía
mineral que absorbemos los peruanos por nuestras raíces. Eso lo sabía Alberto
Benavides de la Quintana quien ha vuelto a la gloria de los caminos
reencontrando sus pasos después de una larga vida.
Su hijo
Alberto, señor de Samaca, Ica, me encaminó
a él cuando estaba por sacar un cuento infantil sobre “El Muki”. Su padre conocía
mucho a este espíritu travieso de las minas.
Le
conocí personalmente el año 2012 cuando trataba de poner en letras de molde mi
libro sobre las wakas de Machupiqchu. Trasladé a su computadora las imágenes
del sol.la luna, las estrellas, el viento, el arco iris, el agua, la piedra y hablamos,
entre otros temas, de la ciudad de Pasco, donde fue teniente alcalde muy joven
y hasta burgomaestre si el titular salía de viaje, y así mismo de Huancavelica,
ciudad por la que tenía preferencia, y donde compartió una parte de su vida con los
orgullosos chopkas, mencionando su deseo de ayudarles siempre.
Creo
que en mis correos se puede percibir su inmensa calidad humana, su sencillez y
su grandeza, filtrada en el tamiz de los
Andes. Los suyos, muy pocos, los reservo ahora que ha vuelto a desandar
senderos.
06/05/12
De: Alfonsina Barrionuevo [mailto:miskha@terra.com.pe]
Enviado el: domingo,06 de mayo de 2012 09:27 p.m.
Para: presiden@buenaventura.com.pe
Asunto: MACHUPIQCHU
Enviado el: domingo,06 de mayo de 2012 09:27 p.m.
Para: presiden@buenaventura.com.pe
Asunto: MACHUPIQCHU
Le escribo
animada por lo que me ha dicho el ingeniero Petersen. Por su parte un
espíritu generoso y por la mía mi amor por el Perú. Vivo en Santa
Beatriz con una computadora que voy llenando de sueños.
Ayer, cuentos infantiles, entre los cuales está
"El Muki" que Ud. recuerda por las ilustraciones de mi hija Kukuli. Hoy,
con un aporte de investigación histórica y vivencial con la
tradición oral para darle su real sentido a Machu Piqchu, un santuario de santuarios.
Acabo de
terminar el libro con investigaciones que datan del siglo XVI a la fecha. No
será voluminoso pero sí es algo nuevo sobre nuestros antepasados.
El libro y
una exposición de fotografías exclusivas se presentará en el Cusco y estoy luchando
con los trámites para hacerlo en Lima en el Museo de la Nación. Si no lo
consigo lo haré en el Parque de Miraflores.
No tengo
nada más que mi deseo de dar a un ícono grandioso mi trabajo y lo hago
fascinada por lo que he encontrado. La impresión del
libro con fotografías y nuevos planos es el primer paso. Si Ud. me apoya puedo
seguir llamando a otras puertas. Estoy segura que se irán abriendo después de
la suya. Ud. es un pionero.
Gracias por
leer este correo.
15/10/12
Ing. Alberto Benavides de la Quintana:
Hay algo de bueno en esta tarde. El día estuvo
crudo, gris, hasta ahora, las tres, en que un rayo de sol se está
columpiando en mi ventana. Me gusta que llegue y que sea discreto. Muchas
veces, al caminar por los cerros sentí que multiplicaba mi fatiga. Para
subir a Huch'uy Qosqo, en el Valle del Willkamayu, fueron unas ocho horas de ascenso entre
espinos con él a cuestas.
Los Apus me acompañaron brevemente una noche antes.
Estaba con los ojos cerrados y la habitación se iluminó con sus oros. No se ve
nada con detalle. Son sólo luz. Estuvieron conmigo después de mucho tiempo
Panpawayllo, Potosí-Bolivia y Sokllaqasa. Antes de volver a Lima conocí a
Waswa de Apurímac, Qora Qora de Ayacucho y la mamita de Andahuaylillas en la
mesa de Mario Holgado. Me auguraron suerte.
El miércoles voy a dejarle el libro. Lleva en la
carátula un Machupiqchu en magenta porque no se trata de un Machupiqchu clásico
sino de aquel que Pachakuti Inka Yupanki comenzó a construir desde Qosqo con
una proyección de sus principales sitios, templos o wakas.
Le he rogado
tanto al Señor por este libro que me ha ayudado a su manera. Ha hecho que
lo contactara. Gracias por su presencia señorial.
25/11/12
Ing.
Alberto Benavides de la Quintana:
Presenté “Templos Sagrados de Machupiqchu” en Cusco. Fue de noche
y nunca me sentí bien con la oscuridad. Menos ahora en que las luces son muy
pequeñas y la penumbra domina. Para mí ha sido un privilegio aunque han
disminuido mis afectos. Ya no tengo familia aunque mis recuerdos están vivos y
el Señor de los Temblores, el querido Taitacha, sigue igual y estará así por
cientos de años.
En Lima no me puedo quejar. La presentación tuvo un sello de
dignidad, prestancia y consideración. Rodrigo Montoya, antropólogo, habló
hermosamente analizando aspectos importantes. Un verdadero maestro. Waldemar
Espinoza, historiador, profesor como el otro de la Universidad de San Marcos,
fue más sobrio, pero también encantador. Luis Peirano, el Ministro, dijo que no
sabía qué le estaba pidiendo, qué quería hacer, pero que decidió apoyarme
y el resultado lo había complacido. Me admiró cuando agregó que diría una
oración a las wakas de siglo XVI, con un agregado excelente que le puso el
dramaturgo Juan Ríos para una obra de teatro basada en la obra “Dioses y
Hombres de Huarochirí” de Francisco de Avila. Fue estupendo No hubo brindis y
como no podía estar el acto tan seco Peruska Chambi, la destacada fotógrafa
cusqueña, hizo servir unas copas de vino, y dejó sentir una aura de hermandad.
A mí no me alcanzaba mi presupuesto para una recepción.
He vuelto a mi Cusco invitada por el XXI Congreso Internacional de
Medicina Oncológica. Asistieron oncólogos de Tailandia, Brasil, Estados Unidos,
la India, España, Portugal, y Perú. Estuvieron felices de mi explicación acerca
de Cusco y Machupiqchu. Una parte se iba a visitar al santuario así que
buscaron el libro para reconocer los sitios.
Le escribo porque la “primera piedra” de este lanzamiento la puso
Ud. gentilmente. Otras personas a las cuales conozco mucho no lo han ameritado. Cada día es un reto para mí, mi
salud es mi talón de Aquiles.
Gracias mil, Machupiqchu no es una plantita, mentiría si le digo
que la he regado con mis lágrimas. Su historia, que estoy descubriendo, es como
un joven árbol al que Ud. y Tintaya le han dado sostén para que no se doble.
Quizá pueda encontrar más sitios sagrados. Lo que hice para publicarlo en un
tope de un año fue una maratón que me ha dejado agotada.
Gracias a Ud. y a otras excelentes personas, que me han brindado
su ayuda me siento reconfortada. La vida es dura pero puede ser amable.
31/03/13
Estimado ingeniero Alberto Benavides:
En una solapa del libro “Huancavelica”
he leído sus palabras de presentación. También abordé como Ud. el “tren macho”
para pasar de Huancayo a esa bella ciudad. Pienso que ha recorrido mucho
los caminos del Ande. Ha sido inclusive alcalde de Cerro de Pasco. Imagino que
debería haber escrito sus memorias o, a lo mejor, ya lo hizo. Es importante que
lo sigan en sus andares en el amanecer del siglo XXI y a lo largo de su
transcurrir. Ha pasado un largo tiempo de mi viaje a la tierra
wankawillka y cómo será en su caso. No sé cómo encontró a la “capital del
mercurio”. Seguramente como una villa muy soledosa, sin ruidos pero siempre
poseedora de una enorme energía.
Yo la sentí abrumándome. Me parecía que
los cerros iban apretar el hotel haciendo saltar los vidrios de sus ventanas.
Entendí muy tarde que deseaban comunicarse conmigo.
Estuve, igualmente, en su Semana Santa.
No me explico por qué en las gradas de una de sus iglesias aparecen en el
quiebre unas garras. Tal vez de puma. Su Semana Santa me pareció pobre en
comparación a otras, en contraste del interior de sus iglesias principales, tan
ricas. Escribí algo sobre la ciudad en la revista “Caretas”. Ahora me he
enterado del orgullo choqka entrevistando a sus bailarines de tijeras de
poblados lejanos. También de las mágicas variedades de papas que hay allí con
hermosos nombres y de las orquídeas que crecen aún más adentro, en un abrazo
con la Amazonía. No llegué a entrar en sus minas, pero me asombra la cantidad
de galerías que aparecen en el interior de la carátula y contracarátula. ¿Cómo
vivió la gente así y como murieron también cuando les tocaba cerrar los ojos
sin volver a capturar su cielo azul en las retinas? José Gabriel Tupaq Amaru
transportó el mercurio, en el lomo de sus mulas. Debió haberle impactado la
situación de los mineros. Todo concurrió, seguramente, para que se alzara en el
gran grito revolucionario.
He estado en Cerro de Pasco varias
veces. No me gustó el excesivo frío. Recuerdo siempre al pastor Warikapcha quien,
según dicen, prendió fuego para abrigarse en una cueva y descubrió al día
siguiente hilachas de plata, entre las ramas que quemó o tal vez
estiércol seco, bosta. Antes se elegía para alcalde, en las ciudades, a
personajes de nota, sin remuneraciones. Ser alcalde era un honor. Cómo fue Ud.
alcalde a tal altura. Sobre todo sin ser un vecino de muchos años. Debió
agradarles a las gentes del lugar su gran ánimo para trabajar y su entusiasmo.
Le escribo este correo porque leí el
libro de Huancavelica que me regaló y bien vale la pena haberlo publicado. Si
está en los colegios y en las escuelas les hará mucho bien a los estudiantes.
Gracias por leer estas líneas. Estoy en
una noche de lechuzas, como si escribiera en su propio alero, sin sueño.
Que tenga Ud. buenos días.
16/08/23
Estimado ingeniero Alberto Benavides, buenas
noches:
Tendría que estar acostumbrada al
invierno pero este frío que tenemos
entumece. A 3,800 metros de altura me siento en mi elemento mas no puedo estar
a gusto en la pecera que es Lima con ciento por ciento de humedad.
No avanzo mucho Tengo una buena cantidad de crónicas que atraen mi atención. Para mí es
un lujo investigar, sin embargo es un placer.
Hoy mismo un historiador me habló de
Pedro de Candia y como estaba investigando la quinua no lo recordaba. Me
comentó que el griego no hablaba bien el castellano y no podía saber de quién
se trataba. Hasta que se prendió una luz y recordé al artillero de
Pizarro en Cajamarca. El extremeño y su gente jamás hubieran imaginado que los
Andes eran de oro.
Candia era el que disparó un cañón
desde el cerro Santa Apolonia o tal vez cerca
de la plaza. Lo importante es que escribió una relación sobre los Inkas y
yo la leeré.
Le cuento esto porque Ud. ha recorrido
los Andes y sabe cómo son y las epopeyas que tuvieron lugar en ellos. Ud.
fue a caballo, a pie, en oroya y cuanto medio era posible además de los
achacosos carros que circulaban por increíbles trochas saltando en los
camellones. Ahora la gente viaja más en avión, que es como ir en las alas de
un gorrión, y si bien se acorta el tiempo se pierde vivir valiosas
experiencias.
¿Cómo está ingeniero Benavides? A
mediados del siglo pasado vimos a Estados Unidos y a la Unión Soviética como
países de gran envergadura económica, fuertes. Mucha gente pensó en este
siglo en China y hasta comenzó a aprender mandarín. Sólo que el gigante tiene
pies de barro, una gran población que necesita alimentos.
También estamos en una época de nuevas
y aceleradas tecnologías. Mucho que ver desde las cumbres.
Que tenga una buena noche.
Mañana, todos los días siempre son
mañana.
05/11/13
Para:presiden@buenaventura.com.pe
Asunto: LOS MAESTROS CHAVIN
Para:presiden@buenaventura.com.pe
Asunto: LOS MAESTROS CHAVIN
Buenas tardes, ingeniero Alberto Benavides de la Quintana
Para Ud. que lleva en las pupilas el miraje de los Andes y sus
gentes y, tatuados en los huesos, los vientos gélidos la cordillera el invierno
de Lima debe parecer pequeño. Lo que fastidia es la grisiedad del cielo y la
humedad que repta por los poros como una babosa. Ahora que tenemos velos de sol
agitándose en el aire me consuela saber que en el Cusco está lloviendo, aunque
quisiera ir para el Santurantikuy, la feria de Navidad, a ver si descubro algún
nuevo artista.
Sigo investigando Machupiqchu pero estoy pensando en Chavin, así
sin acento, porque pareciera venir de chaupi, “en la mitad del Perú”. Los
arqueólogos que trabajan en sus templos han encontrado nuevas cabezas clavas,
pero no saben de qué se trata. Creo que debo escribir algo sobre Chavin desde
el punto de vista de la cosmovisión andina. Puedo escribir sobre las
cabezas clavas, los monolitos, las estelas y la cornisa de rapaces del gran
templo. No será nada de muchas páginas pero sí impactante. Hay momentos en que
me entusiasma algún nuevo proyecto. Puedo enviarle un perfil sobre “Los
Maestros Chavin”.
Gracias por leer esta carta. Una magnífica oportunidad para
saludarle y desear que sea siempre el gran capitán de las minas.
01/12/ 13
Asunto: UN NUEVO AÑO QUE VIENE
Estimado Ingeniero Alberto Benavides de
la Quintana:
¿Cómo está? Han pasado meses
desde que lo vi con mi libro. Voy por unos días a Cusco, con algún pesar. El
casco histórico no ha cambiado pero ya no tengo familiares ni amigas del
colegio. Mi ciudad ha ido cambiando mucho. Sus apus tutelares están siendo
desalojados por nuevas urbanizaciones que están llenando sus cerros. Ya no es
el Cusco que tanto recuerdo. La plaza abierta, soledosa, colmada de sol o
envuelta en cendales de lluvia. Las arquerías que reflejaban sus sombras a mi
paso. La Catedral y La Compañía como dos matronas que sujetaban las madrugadas
en sus cofias de bronce. El k’iqllu o pasadizo como un grito roto entre los
portales de la Universidad y la Casa del Maestro. Una población flotante llena
sus espacios abiertos. Tengo que levantarme a las cinco de la mañana para
buscar mis recuerdos en sus esquinas. La ciudad ha acelerado su pulso como
todas. Cuando era niña aún cruzaban las calles pequeños grupos de llamas.
Cierro los ojos y las veo delante de la computadora.
También Lima ha perdido su encanto. Mi
padre me decía que la vio cuando llegaba sólo hasta la Plaza San Martín. Yo vi
todavía la avenida Arequipa hermosa, poco transitada, muy elegante. Nunca más
se parecerá la vía que han tomado al asalto academias, edificios y
“combis”.
Aprovecho la noche para
escribirle. Tengo un molle en mi jardín de Santa Beatriz, donde hacían
sus nidos una que otra pareja de pájaros trashumantes.
Viene a nuestro encuentro un nuevo año.
Algo bueno habrá. El Perú está cambiando. Siempre habrá gentes extraordinarias.
La esperanza no deja de crecer en todos
sus niveles. Nunca será una rara flor si queremos que exista. Por algo la
tenemos sembrada muy adentro, en canteras ocultas del corazón. Tenemos
que seguir adelante, sin desmayar como hace Ud.
Reciba, casi al borde del 2014, un
respetuoso saludo.
Alfonsina Barrionuevo
Escritora, Productora de TV, Abogada
Consultoría de Temas Culturales Peruanos
Teléfono 471 5789
Que cálidas palabras aun en el invierno andino, sobre el recuerdo póstumo in memorian al Ingeniero Alberto Benavides de la Quintana (QEPD), en sus hermosas cartas mi querida amiga Alfonsina Barrionuevo, -sintetiza Ud. Peruanidad- ,utilizando las acuarelas de un pintor para plasmar en un lienzo a un gran personaje, que no solo nació, sino que conoció y sirvió a su patria, que amo sus raíces y la apoyo de diferentes maneras.
ResponderBorrarAl leer sus cartas me han impresionado sus vivencias por el paso en el tiempo, como historiadora y como comunicadora social ha Ud. cumplido su cometido, -me han trasladado sus párrafos por diversos caminos empedrados y errantes de mi querido Perú, me he dejado llevar por diferentes lugares, como el agua pura y cristalina que baja desde los picos nevados hacia los valles interandinos-, lugares en los que Ud. ha trabajado buscando noticias sobre las tradiciones andinas, quiero decirle que ellas todavía existen, y sus pueblos emanan costumbres y tradiciones que se transmiten en lenguaje oral, debemos ir a capturarlas. Y si nos faltase el tiempo por lo ingrata que es la vida, dejemos la posta a los jóvenes, recordemos que la informática recién esta llegando con fuerza hasta los rincones mas recónditos de nuestra patria, y serán ellos los que la rescaten tomando la posta que otros hemos comenzado.
sinceramente,
EDUARDO MAXIMILIANO NARREA "EL CACIQUE DE LOS ANDES"
Desde Houston Tx. Un fuerte abrazo de peruanidad. eduardonarrea@outlook.com
Muchas gracias por sus hermosas e inspiradas palabras, Ud. es un pintor de la naturaleza que es pròdiga en nuestro querido paìs. Me gustarìa que en vez de "cacique" (Centroamèrica), firmara como KURAKA, que es lo que nos corresponde, es sólo una sugerencia, saludos cordiales desde Santa Beatriz, Lima, Perù.
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