PEQUEÑA AUSENCIA DEL BLOG
Amigos y amigas buenas
noches:
Hay
compromisos como la salud que obligan a suspender algunas actividades. Perú Mundo
de Leyendas es el medio grato que me permite comunicarme con ustedes sin
barreras de tiempo ni de espacio. En mis viajes he tratado de preparar con
anticipación el que debía publicarse cada semana. Hoy debo ausentarse por varias
semanas para volver con mayor energía. La cercanía de la presentación de mi libro
‘Qué dicen los Khipus’ me apremia. Gracias por la atención que le brindan. Hay tanto por hacer. En el Qosqo debo
incorporarme a los descendientes de miles de hombres y mujeres con sus hijos que
ofrendaron sus vidas en el movimiento libertario más grande de América.
En sus
pueblos Micaela Bastidas y José Gabriel Tupaq Amaru tuvieron que pasar por
delante de cientos de picas sobre las cuales los españoles de Areche y del
Valle clavaron sus cabezas para romper sus sueños, y no se diga que eran indígenas
que tomaron las armas. Ellos sembraron la semilla que germinó con su sangre de
lo que se alcanzó después, la independencia, cuyo bicentenario se celebrará en el
2021.
Tenía
razón el historiador Jorge Cornejo Bouroncle al imaginar que si, salvando los
tiempos y las creencias, se reunieran el Cristo y José Gabriel para equiparar
la magnitud de lo sufrido, Aquél le hubiera dicho: ‘Tu dolor y el de tu esposa
fue mayor que el mío’.
Quiero
dejar escrito en la computadora el gesto magnífico de Tadeo Escalante, quien protestó
en murales por la muerte ignominiosa a la que fueran condenados sometidos los esposos mártires. Pudo ser su
seguidor o los vio conmocionado morir en la Waqaypata que se volvió sombría en
el día cruel.
Me falta
continuar investigando el otro rostro del Corpus que Toledo instauró en la ciudad
imperial con el propósito de expulsar a las wakas cósmicas y telúricas que
convivían con sus habitantes. Hay mucho que hilar para descubrirlas reinando sobre
la testa de vírgenes y santos de la serie de esculturas del Corpus de Kukuli
Velarde. En ese sentido Jorge Chara de San Sebastián fue cortante al aseverar. ‘Ellos
(las imágenes) no son lo que se dice. Solo nosotros sabemos a quién estamos
cargando.’ Podía ser la nieve, el rayo, el viento, la lluvia, el trueno.
En carpeta
espera mi novela ‘La Chica de la Cruz’, ambientada en Huaro, el lar de mi familia
paterna. Quiero publicar una segunda edición de ella que arranca de mis raíces. Me anima el recuerdo de una época añorable
que todavía evocan las familias del lugar. Será un motivo para que ingresen en
su mundo de personajes fabulosos los nietos y cuantos lleguen en este siglo donde
manda la máquina. Tengo mucho por hacer. Esta será una pausa para continuar,
Dios mediante, revelando facetas de esta preciosa tierra que es nuestro hogar.
Alfonsina
Barrionuevo
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