KUKULI
Y SUS SUEÑOS DE COLORES
Kukuli
siempre me sorprende con sus obras. En 1991 vi en su estudio a Santa Chingada. El
comentario de esta pieza en el catálogo de “Patrimonio”, su exposición en Lima
el 2012, es conciso y directo. Dice textualmente: “Santa Chingada es una
respuesta personal a la hipocresía social de elevar a la mujer a un pedestal si
se sacrifica y somete, cualificando sus bondades en la medida que acepta su
sufrimiento. Su iconografía comprende un
bozal, un cinturón de castidad, clavos en el pecho y el vientre embarazado.”
Cuán
atroz ocultar debajo de la máscara plácida, de ojos claros y tez rosada, un rostro
congestionado por el dolor y aparecer como la “sacrificada madre, fiel
mujer, devota, serena, obediente,
domesticada, venerada, bendecida con la maldición de ser una santa.”
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Kukuli Velarde |
En
1991 Santa Chingada fue un adelanto de la protesta. Ya se puede denunciar y
gritar en público, decir ¡no! al atropello, a la burka física y psicológica que
cubre ojos morados y otras heridas que no se cierran. Tengo la suerte de ser
una periodista que salió a la calle buscando la noticia y que viajó sin temor
por todos los confines del Perú, blindada por el cariño de mi padre y el afecto
de los pueblos a los cuales llegaba tratando de canalizar sus inquietudes. Los
años pasan pero hay que seguir luchando, aunque ahora sea más difícil porque el
enemigo puede estar en la misma casa y se han multiplicado los retos, y las necesidades se enfilan a más abismos y hay
vientos de locura que reinan en todas partes.
No
sé por qué el miedo tiene que estar como una sombra tras la mujer.
Busquemos
el amor y la sonrisa en las niñas y en los niños. ¡Por favor!
UNA CASONA CON HISTORIA
Hay chispitas de oro en la mañana que
invitan a recorrer la Casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en
el Parque Universitario, que ahora es su Centro Cultural, donde todos los días
hay muchas actividades.
En la fuente, el agua gorjea con su
eterna voz de soprano mientras el sol pasa los dedos sobre la dócil melena de los árboles.
El silencio crece ahora como una
enredadera.
Se fueron definitivamente los miles de
alumnos que poblaban sus aulas y da la impresión de que podrían reaparecer en
cualquier momento los novicios de San Ignacio de Loyola. Es que la casona fue
convento jesuita, en un silencio santificado por Dios, antes
que funcionara allí la primera Real y Pontificia Universidad de Lima, creada
por cédula del rey Carlos V y confirmada por bula de Roma.
¡Vamos caminando!
En los patios la vida se desliza
perezosamente, sin prisas. En el descansillo de la escalera que lleva al
segundo piso se encuentra el retrato al óleo de fray Tomás de San Martín,
fundador de la universidad, y también los nombres de los rectores que la
gobernaron sufriendo los altibajos de su época. Las juventudes siempre han sido
rebeldes y más de una vez la universidad y más tarde las universidades fueron
sus focos de protesta. No olviden que San Marcos ha tenido algo que ver con las
luchas de la Independencia. Y no es cuestión de que los viejos ya no pueden
entender a los jóvenes, sino que la juventud, hermosa etapa, desborda siempre
en efervescencia; mientras que la serenidad y la cordura de los años se van
adquiriendo con el tiempo.
Es
la Universidad más antigua de América.
En 1551, fray Tomás de San Martín logró
que el rey autorizara el funcionamiento de un centro de estudios generales, con
la misma organización y las mismas prerrogativas de la Universidad de
Salamanca. Sus gestiones, que llegaron a feliz término, obedecieron a la
solicitud del Cabildo de Lima interesado en tener una entidad de tanta
jerarquía.
En 1574 se le buscó un santo patrono
lo que dio lugar a que la opinión pública dividiera sus preferencias entre San
Bernardo, San Cipriano, Santo Tomás, San Juan, San Lucas, San Marcos y San
Agustín. Se dice que se convocó hasta a tres claustros (votaciones) y a la
tercera salió ganador San Marcos, quedando dueño del campo. Su proclamación,
con asistencia del virrey y autoridades, se llevó a cabo solemnemente el 22 de
diciembre de ese año.
La universidad funcionó primero en el
convento de Santo Domingo. Posteriormente bajo el gobierno del Virrey Toledo
fue trasladada a San Marcelo. Luego pasó a un local propio en la Plazuela del
Santo Oficio. Finalmente fue llevada al noviciado de la Compañía de Jesús,
construido en 1606 en un lugar rústico conocido como la Chacarilla, donde había
grandes huertos y una capilla dedicada a San Antonio Abad.
Hoy es el Parque Universitario.
El conjunto es abierto, luminoso, con
amplios corredores y hermosos patios. La Capilla de Nuestra Señora de Loreto
que ha sido salón de grados durante muchísimos años conserva la magnificencia
de su bóveda deliciosamente decorada con santos, santas y doctores en teología,
pintados pulcramente en paneles de madera. Al centro está, dominando todo el
conjunto, la Virgen de Loreto entre ángeles y nubes.
Actualmente funcionan allí tres museos
que pertenecen a la primera casa de estudios superiores del Perú. El Museo de
Arqueología y Etnología, el Museo de Arte e Historia y el Museo de
Reproducciones Históricas. Si quieren conocer sus secretos además de su historia hay visitas guiadas de lunes a sábado. La dirección es Avenida Nicolás de Piérola 1222. Parque Universitaria.
Alfonsina Barrionuevo
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