domingo, 13 de noviembre de 2016

EL SECRETO DE LA PAPA AZUL 

Perú, país de auroras que se bañan en oro solar, de cerros protectores con tesoros escondidos en sus entrañas, de valles donde la Madre Tierra o Pachamama extiende sus polleras bordadas, de lagunas adormiladas en las manos del Ande, de regiones rebosantes de vida y de muerte. A  la vez país de paradojas, donde la Pachamama asiste con pesar  a la desaparición  de especies nativas que regaló a sus hijos, los hombres.
Entre ellas las papas que salieron del Ukhupacha, la tierra de las sombras, para llevar alegría a la Humanidad. Su pérdida se deja notar, me dijo Celfia Obregón Ramírez, ingeniera agrónoma que volvió a nacer tras el cataclismo que sacudió al Callejón de Huaylas el 31 de mayo de 1970. Tenía diez años y estaba en el circo, cuando —luego del terremoto— el desprendimiento de un glaciar del  Huascarán arrasó a su Yungay natal.
Ella estudió en la Universidad Nacional Agraria de La  Molina y posteriormente, en trabajo conjunto con el Ministerio de Agricultura, el Centro Internacional de la Papa (CIP)  y el INIA, recorrió casi la totalidad de los diecinueve departamentos paperos que tiene el país. Su propósito fue contribuir al  registro de las papas nativas, algo así como darles una partida de nacimiento, para que sean reconocidas.   
El banco de germoplasma del CIP conserva miles de variedades de papa, de las cuales dos mil setecientas son netamente peruanas. Dentro de este marco hay mejoradas o comerciales y el resto nativas, mayormente de autoconsumo, de todas las formas, flores y colores.
Resultado de imagen para sembrados de papaLos jóvenes de las comunidades tienden a emigrar a las urbes en busca de oportunidades. Quedan los padres y a veces los abuelos, que no se dan abasto para seguir sembrando y cosechando sus papas tradicionales. Las áreas se recortan a la par que las familias, hasta que un día sólo quedará el viento llorando sobre los surcos resecos.
“El poco aprecio que se tiene por la papa se traduce en su manejo. Su comercialización es desordenada. Las bolsas para recoger basura son mejores que los sacos en que la llevan a los mercados mezclada con tierra, rebajando su valor”, señaló la Ingeniera Obregón.
“Tampoco hay una buena selección de semillas, -dijo. -Para mí su cultivo está en emergencia. Se reconoce que sus grandes centros de domesticación fueron Puno y Cusco.”
Al  hablar con Celfia pensé en esa maravilla peruana que está ahora en el mundo. Entre sus variedades la papa añil, tan oscura que parece una papa negra o yanapapa, es una reina. Más buscada que la mítica orquídea negra tiene una gran cantidad de de antiocianina <sustancia antioxidante> que puede convertirse en una crema cosmética para proteger la delicada piel del  rostro.
La papa azul (Solanum andígena) es oriunda de Huánuco y las mujeres de cierta comunidad  la usan en rodajas para proteger sus sienes y los costados de los ojos. Ella les ayuda a conservar una piel lozana y tersa.

Caminando por la puna desde hace catorce años, Celfia Obregón observó esa costumbre y comenzó el estudio de la papa añil. “Los laboratorios quisieran una tonelada para trabajar con ella, pero a lo más  se cosecha unos 450 kilos”, explicó. “Su sabor es excelente, pero a las mujeres del lugar les gusta utilizarla para protegerse de los efectos del sol, el viento, el frío y el tiempo. No puedo saber cómo ni cuándo descubrieron sus bondades cosméticas,  pero la emplean desde las tatarabuelas y aquellas seguramente de las suyas.”

Resultado de imagen para sembrados de papaAl preguntarle si no se ha pensado en que será necesario extender su cultivo contestó que no funcionará. “Hemos tratado, pero saliendo de su área, pierde el color y varían sus componentes. Las papas se parecen a las personas. Tienen su identidad, su hogar, su familia, donde se sienten a gusto. Las papas nativas tienen sus pisos y no les complace que las trasladen. En la cima telúrica sus flores son moradas, pero en otro nivel pueden tornarse violetas y hasta blanquecinas. Ya no son ellas”.
Por lo menos ésa es una defensa natural de nuestras papas nativas. Una suerte que nuestro país, además de las ocho regiones naturales, cuente con 84 pisos ecológicos que nos aseguran esa biodiversidad increíble. “Los gobiernos deben preocuparse por conservar y manejar lo que tenemos”, reclamó Celfia Obregón.

“Por más que ha habido afán en otros países por mejorar  las papas que cultivan, sólo sacan variedades blancas, buenas para freír, sin el exquisito sabor de las nuestras. Debemos aprovechar esta ventaja para exportar”, agregó la experta yungaína, añadiendo: “En este momento estamos ocupados en lanzar un producto de uso instantáneo elaborado de papas amarillas, para puré, causa, sopas y hasta postres: palitos de papa, suspiro limeño y otros potajes, para que los comensales del mundo puedan  saborearlos como en el Perú. Entre las variedades nativas hay algunas muy exóticas, como la “papa piña”, con formas muy caprichosas. Nuestra Asociación para el Desarrollo Rural Sostenible (ADERS) trabaja en contacto permanente con el Centro Internacional de la Papa  y el Instituto Nacional de Investigación Agraria. En cuanto a la nueva crema cosmética “Mishki Perú” de papa azul, si da resultado, incentivará a  la comunidad donde crece para  mejorar su cultivo y unir más a las familias productoras, proporcionándoles una mejor calidad de vida.”


Alfonsina Barrionuevo

1 comentario:

  1. Buenísimo, soy un admirador tuyo desde que yo era niño, aún recuerdo a KUKULI con sus dibujos de las vicuñas, gracias por tus aportes, influiste mucho en mi formación y amor a nuestro PERÚ.

    Saludos.

    Orlando Neri Loayza Villegas.

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